LA ACTITUD DEL ETERNO FASTIDIO

LA ACTITUD DEL ETERNO FASTIDIO
Como Padres, no podemos quejarnos de lo que hemos forjado, no. Actualmente un muchacho promedio posee tanta tecnología, que casi pueden ser hijos virtuales, son tontos graduados en kilobytes, con habilidades comunes en manejar un control de un video juego, con las variables internacionales de poder hacer torneos online con otros tontos en Japón y en Alemania desde Miami, pero que no están en capacidad de escribir una oración castellana coherente, que pueda describir sus actitudes.
El lenguaje escrito se ha trastocado en una suerte de clave ambigramática de uso frecuente en la logia del eterno fastidio y lo mismo pudiesen escribir algo como: “Q pso won” o que “T amo” en inglés los de aquí proceden de acuerdo a lo narrado y pudiesen hacer lo siguiente: ”w u think, play now or what” o tal vez esto sería aun mas común : “active to pary, nude in pool everybody u like?
Cuando se trastoca el idioma con la finalidad de mandar un mensaje exprés por la tecnología inalámbrica telefónica celular, se crea una suerte de código de pensamiento, por cuanto la lengua escrita o hablada es mandatoria en nuestras acciones y en la manera de ver y metabolizar lo que sucede derredor, de hecho usamos la palabra para orar, la usan otros como herramienta de un mantra, también para decretar bondades o fatalidades y esta posee un poder inconmensurable.
Las madres se quejan de la actitud de sus hijos, quienes pudieran vivir dentro de Disney World y todo les parecería un fastidio, pero creo que están fastidiados de haber sido complacidos por años en una formación escasa y por ello se aprovechan, porque mi generación le temía a nuestros Padres y creo que no salimos tan malos!, pero ahora una gran mayoría le teme a los hijos, porque ellos deben ser comprendidos, pobrecitos, se pueden traumar, se pueden quedar atrás en esta cruel competencia de tener sin merecer y podemos ver a individuos que no llegan a los quince años, con teléfonos que son necesarios solo para mover las acciones de la bolsa de valores de New York, pero que impresionan no solo a sus congéneres, sino a las madres pazguatas de sus amigos.
Entrando a la Universidad, merecen carros del año porque si no sería poco menos que una afrenta al ego, pero les tengo una noticia. Aquí en la Miami de la opulencia, el hijo de Gloria y mi amigo Emilio Stefan, andaba hasta hace poco en lo que aquí se llama un “tranportation”, que es una suerte de calembe viejo, donde debe ir un estudiante que estudie y no que esté demostrando quien no es, porque ningún estudiante del mundo tiene dinero para tener un carro del año, es evidente que lo compró el Padre o la Madre, pero a lo que voy, mi mensaje es hacia lo profundo de esta manera venezolana de pensar y que ha derivado en lo que hoy vivimos: obreros con blacberry, secretarias con iphones y niños tontos con padres mas tontos que ellos, que no entienden que la formación para la vida es mas importante, que demostrar quienes no son. A veces pienso que se merecen a Chávez!