UN SONETO EN TU TARJETA

UN SONETO EN TU TARJETA

Yo tuve un amigo que falleció hace dos anos. Nuestras vidas fueron dignas de Plutarco, porque fueron paralelas en diferentes tiempos. Nos llamamos igual, con la misma carrera, con actitudes similares, pero en cuanto a las aptitudes el, me superaba con creces y esa situación no solo me divertía, sino que me hacía sentir un gran orgullo, por ese amigo que escogí y que fue uno de los mas viejos en este tiempo que nos tocó compartir.
Resulta que a los amigos los escogemos, pero a los Padres, no, y en mi caso pienso que tuve la fortuna de elegir a mi Padre, nuestra amistad y mutua admiración es eterna.
Poeta y orador de siete plazas, conocedor del buen humor y de cultura general profunda, impresionaba como sacaba de los vericuetos dendríticos de su cerebro sobredotado, de su memoria quirúrgica y de su ascendrada y masculina personalidad, los mas anejos pasajes de la cultura, las chanzas históricas, como si el las hubiese presenciado como un testigo de excepción. Cantante y amante de los tangos, decía que conocía mas de cien, de los interpretados por Carlos Gardel y Julio Sosa.
En algún restaurant de Caracas, ocurrió lo que paso a contar:
Un soneto, (para aquellos que se han atrevido a escribir poesía), esta conformada por dos cuartetos y dos tercetos, de manera que se require una situación espacial en el papel que permita con holgura que quepa, pues bien en ese momento en que se encontraba recitando, tal vez, a Andrés Eloy Blanco, las damas aplaudían con las rodillas (y no estoy exagerando) y al finalizar, una de ellas, le solicitó a Papá, que le escribiera un soneto, en una de sus tarjetas personales y mi admirado amigo escribió lo siguiente: “ de lo que pides no sabes, un soneto en tu tarjeta, dichoso el que te lo meta”.
Yo coincido con el poeta y creo que esta es una de las chanzas mas usadas por mi, porque me parece elegante y a la vez mordaz, me parece lujuriosa y en otro orden de idea humorística, inteligente y sugestiva.
Nos divertimos mucho, Caracas le recuerda al igual que yo, porque es mi segundo día del Padre sin el y ya la poesía no me sabe tan dulce, ni el tango posee el bouquet del vino.
No hay un solo día que no le cite, creo que envejezco y con los anos me hablando, porque no puedo escuchar “ La Cumparsita” sin llorar…creo que son cosas de viejo pendejo, pero me encantaría disfrutar con mis hijos como lo hice con mi Padre. Seguiremos actuando de buena fé, seguiremos haciendo y practicando lo aprendido en la formación que me impartió y dejaremos entonces que el tiempo haga sus milagros.
Se require al menos una hoja de papel, para escribir un soneto, pero eso no es importante…lo importante es la dicha del que lo meta.