LOS SINCRONISMOS

LOS SINCRONISMOS

Podríamos vivir como si todo fuera un milagro o como si nada lo fuera. Ese era el pensamiento de Albert Einstein, quien podía verlo todo desde la magnitud de lo maravilloso, de lo poco usual, de lo infinito de la coincidencia.
Mi pragmática educación fáctica me obliga a veces a no creer en casualidades, en coincidencias en cosas que no se puedan medir, como es el caso de los Milagros, pero mi educación católica dice lo contrario y creo que a esta altura de mi vida, la segunda es la que manda, porque infiero, de acuerdo a la primera que me deben quedar unos veinte anos de vida y debo aprovecharlos con los equilibirios correspondientes, con la laxitud propia del sueno o la meditación.
El ritmo menstrual de veintiocho días de las mujeres está influido por la luna. Los efectos gravitacionales del sol y la luna afectan las mareas, por aquello del efector de Coriollis y el de Vernoulli, pero esas comprobadas teorías son muy latosas y todos sabemos a que se refieren. No es casual que el ochenta por ciento de nuestro cuerpo posea la misma composición química que el agua del mar, las lágrimas igualmente o tal vez nuestro sudor y por ello somos afectados sutilmente en ciclos mensuales la mayor de las veces imperceptibles, porque no los vemos como el milagro que son y aducimos que forman parte de la casualidad o que son una coincidencia y coincidencia si pueden ser desde la etimología: “co” de con e “incidencia” de suceso, o sea: con suceso, por ello toda creatividad se basa en saltos cuánticos. Las ideas verdaderamente novedosas ya las conociamos en el sustrato colectivo, o es que acaso el internet fué un invento de uno solo, no creen que era un deseo colectivo?, que la telefonía celular o fija fue inventada solo por una sola persona? . Cuando Graham Bell experimentaba con el cambio de la energía eléctrica para formar sonidos entendibles, ya lo hacían dos personas mas y entre ellos no lo sabían, pero estaban sincronizados.
Creo en los Milagros y los que creemos debemos imperativamente tener una mente abierta, sincrónica, maleable.
Todos hemos patinado y los patines fueron inventados en 1863, o hemos jugado yoyo, inventado en las Filipinas en el siglo XVI, pero Louis Marx lo transformó en lo que es hoy en 1929, la creación del dominó se atribuye a un soldado chino, llamado Hung Ming que vivió hasta el ano 181 A de C, pero el nombre del juego viene del vocablo latino “ domino gratias” que traduce gracias a Dios. Todos estamos interconectados, todos estamos sincronizados, pero eso es social y grupal, mundial o communal, el problema está con la sincronización personal, la sincronización con el campo de la inteligencia que siempre da como resultado el equilibrio físico, emocional, espiritual, nos da una fortaleza, una templanza y una confianza, que nos permite superar sin mayor esfuerzo, cualquier reto y basado en esto adquirimos ese anticuerpo que nos capacita para transformarlos, enriquecer la experiencia y reunir mas fuerzas para disfrutar el siguiente.