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Wednesday, May 11, 2011

¿Donde queda el cielo?

¿Donde queda el cielo?

                No creo poder entender, porque siento esa extraña atracción por los misterios de la Iglesia, lo que si creo es que he debido estudiar teología o algo similar, pero en verdad, tampoco creo tener la cantidad de estómago que se requiere para abordar con seriedad esos estudios, lo que me hace entonces un aficionado a todo esto y hasta allí llegan mis conocimientos y creo que es suficiente. ¿Se dieron cuenta de cuantas veces he usado la palabra creo?.
                Estábamos almorzando y hablando de cosas mundanas. Cuando entré al restaurant cubano, saludé a uno de los que hace poco me hicieron un fraude en la venta de mis libros y por ende lo perdoné, aunque creo que se le descompuso la comida antes de tiempo y la agrura fue  inminente. Mi hijo menor quien es ya un hombre, ignoraba lo del ladronzuelo y por ello, con su buen humor abordaba temas varios, de los que me hacía eco, los disfrutaba, los comentaba y hasta me reía, pero ninguno de los dos sabe porqué, me preguntó: ¿Papá…el cielo existe? Y ya no sabía que responder a uno de mis mejores amigos, porque el y yo decidimos ser amigos y me encontré en aprietos y yo sé que existe, pero no se donde está, ni como es y también sé que todas las religiones monoteístas y pluriteístas ofrecen una vida mejor que esta en otra parte.
                Con cuarenta y cuatro hectáreas de superficie, es decir un poco menos de medio kilómetro, el Vaticano es el Estado más pequeño del mundo cuyas fronteras fueron fijadas por el acuerdo de Letrán de 1929 y desde allí el mundo católico ora por la vida eterna. Desde allí se gobierna a millones de fieles una vez establecido el papado en el siglo XIV, después del regreso de Aviñon. Los Papas hacen sus actos jurídicos mediante la bula Papal, es una especie de ley o decreto, sobre un punto doctrinal o de fé y es allí donde deseo llegar.
                Me tomó mas tiempo de lo normal contestar esa profunda pregunta de mi hijo y como soy un mal educado tramposo, le contesté con otra pregunta: ¿haz visto la electricidad? , no pero se que existe y que mata. ¿Haz visto el aire?, no, pero lo respiro y puedo intuir su composición, porque lo estudié en el colegio. Pues tanto la invisible electricidad doméstica, como el aire son casi actos de fe…sabemos que existen y no los vemos, pero nos aprovechamos de ellos, los consumimos, creemos y podemos asegurar que allí están, haciendo pequeños experimentos, que hemos aprendido de otros.
                El cielo está allí, en la inmensa intuición de la humanidad, en el general acto de fé de todas las creencias, en el futbolista que mira hacia arriba al meter el gol o tal vez en el ¨santo súbito¨ gritado por la humanidad a la muerte física de Juan Pablo Segundo. La respuesta es que no sé donde está el cielo, pero creo en el  y sé muy bien que existe, porque la religión es tan antigua que en la mayoría de los casos, la ciencia no puede entenderla.

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