DIME COSAS CALIENTES
El
lenguaje es tan importante, que, por su mal uso, países enteros han ido a la
guerra, parejas se han divorciado, otros hasta se han suicidado y todo esto ha
pasado por siglos.
Algunos
jóvenes pendejos, lo deforman como si fuera una gracia y de repente a uno que
he visto en las redes y que ustedes sabrán a quien me refiero y si no lo saben será
mucho mejor, pudiese decir algo como esto: ‘’habla hay pa ve’’, ¿Cómo es eso de
que habla allí para ver?, tal vez podría decirse, ¿habla por favor para
escucharte?, pero no suena muy bien y a eso precisamente voy hoy, día de
navidad, amaneciendo.
Es el
chiste del caballero que llega a la cama donde yace su esposa, se acerca
sigiloso, tratando de no hacer ruido y susurra en su oído: ‘’ ¿sabes qué?, no
tengo interiores’’ a lo que la esposa dormitada, con cierto disgusto contesta: ‘’está
bien, échate para allá, mañana cuando amanezca te lavo uno’’
Los
modismos trituran no solo tu lenguaje, sino tu pensamiento, lo desacomodan y el
que habla como un patán, ya saben como es su conducta, porque el lenguaje es
simplemente el pensamiento hecho palabra y es esta tan fuerte, tan importante,
tan a veces severa en el cumplimiento de una vida positiva y sana, que fue la única
herramienta que usó Jesús Cristo para modificar el mundo entero.
Habla
como un malandro y pronto lo serás, sin duda alguna, lo serás, por el contrario,
cambia tu lenguaje, usa y aprende palabras nuevas, que definan tus intenciones,
porque te aseguro que existe en el español una palabra para cada cosa, para
cada olor, para cada acción, para cada sentimiento.
Por
ejemplo, ¿te has dado cuenta que cuando cae la lluvia hay un inconfundible
olor en el ambiente?, pues ese olor se llama ‘’petricor’’, que no se te olvide,
para que puedas impresionar a las personas, porque todos sin excepción admiramos
a alguien de buen hablar a menos de que estemos presos en alguna cárcel llena
de indeseables, pero el mismo caballero del cuento anterior, pudo haber llegado
a la cama de la misma mujer, con esa indetenible pulsión sexual, esa del
apareamiento incontrolable, pero que requiere del lenguaje para que ella
acepte, de lo contrario sería una violación y le vuelve a susurrar al oído a la
bella durmiente marabina: ‘’mi amor, ¿quieres que te diga algo caliente?
Ella
dormitada aun, contesta para que no la molesten mas:
-Horno.
El
amigo cachondo y calenturiento no entiende y trata de arreglar la pregunta,
repitiendo:
-No
mi amor te diré un sitio caliente y ya la señora a quien no dejan dormir se molesta,
se despierta y de mal humor contesta:
-Abdenago, deja de joder, si queréis un sitio caliente
vete pa Maracaibo.
Como
bien lo definiera el lingüista, filosofo, matemático y lógico austriaco Ludwig
Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente.”
Antes del sexo, definan bien
las cosas calientes.
juradopublishing@yahoo.com
Jajajajaja...
ReplyDeleteMil gracias por tan divertido amanecer.
Divertido, nutrido, revelador y pedagógico...
Siempre me han dicho que las casualidades no existen...
Por ejemplo; hoy amanecí recordando a mis padres y algunas anécdotas de mi niñez, cuando se contaban chistes de Quevedo...
Chispas en mi cerebro, activaron mi hambre de conocimiento y acudí al buscador de internet, para encontrar información de Don Francisco de Quevedo (1580 - 1645).
Y me encuentro con éste plato fuerte mental, digno de reflexión, de donde recojo:
" Habla como un malandro y pronto lo serás"
Mil gracias por éste ameno despertar.
Dios bendiga ése tintero que se alimenta de breve sueño...