LA INCUBACIÓN DE UN AUTOR

LA INCUBACIÓN DE UN AUTOR

            Es que no tienen ni la más tibia idea de lo que se siente, ni la más peregrina, lejana, impensable.

            A diario lo veo, a diario me reúno y les comprendo sus apetencias, porque el éxito no es lo que creen, después de estudiar mucho, de leer y buscar, he llegado a la conclusión de que lo que es éxito para mí no lo es para Usted y ¿entonces que es el éxito? Se podrán preguntar ante tamaña confusión y es muy simple: ¡el éxito es el cumplimiento de las metas que nos hemos puesto!

            Ahora, debemos aclarar que ha habido metas impuestas por otros y eso es como tener sexo obligado, pero lo más importante es conseguir, diseñar, amasar, rumiar nuestras propias metas, que espero sean altas.

            Me temo, sin excepción, que todos quisiéramos escribir un libro, con mucha fama, que sea un best seller, aunque debo confesar que en mi editorial tengo a dos eximios escritores que no tienen ese fin: uno, un poco enfermo ordenó hacer tan solo cien ejemplares de los cuales me regaló uno a mí y los otros noventa y nueve para sus amigos de la infancia que ya son pocos y el otro lo hizo para sus hijos que tan solo son dos.

            Los autores se van incubando, solo necesitan ese espaldarazo que les asegure que es posible, porque ellos en su mente se encuentran en las nebulosas en materia de edición, del negocio, de la motivación y en eso nos hemos convertido en unos expertos, en motivar, en orientar, en decirles que si se puede y que también se debe.

            Todo aquel que haya pensado escribir un libro se nos acerca como pidiendo permiso y nosotros nos transformamos en el más fiel recuerdo de su subconsciente. Observo con detenimiento a mis socios, en las reuniones con los noveles escritores y me llenan de orgullo al llevarlos de la mano y le brillan los ojos, (a todos, nos brillan) porque estamos hablando de creación, de iniciativa, de invención, de inteligencias y de pruebas.

            Y la pregunta: ¿y cómo te imaginas la portada?, estamos en capacidad de complacerte en lo que pidas, solo déjate llevar. ¿Y el prólogo?, los agradecimientos, la dedicatoria; y sus pupilas se agrandan, imaginando el día en que les convocamos, cámara en mano, para darles su primer ejemplar y allí, en ese preciso momento un satánico socio de la editorial le toma la fotografía con la mayor cara de tonto, de asombro, que pueda poner un humano.

            Solo piénsalo, visualiza en tu mente tu momento, imagina leer tu propio libro, dormir con él a tu lado, olerlo y disfrutar de los comentarios de la crítica, pero insisto, los escritores nos vamos incubando en el caldo de otras letras, de otros valientes, de otras corrientes de pensamiento y no podremos ser autores sin ser insignes y disciplinados lectores, porque debemos forjar y formar nuestro propio estilo, muy a la sazón de lo que dijera Buffon: “El estilo es el hombre”

 

Bernardo Jurado es el director de Jurado Publishing, ahora grupo editorial.