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Wednesday, March 27, 2019

LOS HIERROS DE LA TRAGEDIA


LOS HIERROS DE LA TRAGEDIA

            Cuando llegué a mi oficina estaban montando una especie de tarima en los jardines contiguos. A las nueve, o sea, dos horas después, podía escuchar la música americana en mi despacho, a lo lejos, menguada y decidí salir a ver y estaban los marineros uniformados tocando cual maestros; si, los marineros de la US Navy, porque estamos en la semana de la Marina Americana y llegó a nuestro puerto en la ciudad de Miami el USS New York y la inmensidad de lo que tras él se encuentra, ¡esta nación completa!

            En la tarde llegó el inspector del Condado, mi amigo Greg, quien me comentó sobre el gigante gris; y eran las dos de la tarde y hablábamos amenamente del trabajo, de las inspecciones a los elevadores a quienes cuidamos como si de un mecanismo de relojería se tratara, porque de ellos ha dependido la evacuación de más de cincuenta mil personas en media hora y luego de revisar papeles juntos, de chequear que el sistema burocrático esté rodando correctamente decidimos ir a ver al inmenso buque.

            El USS New York es el producto de la tragedia de Septiembre 11, cuando unos estúpidos confundidos decidieron estrellar dos aviones contra las torres gemelas de esa ciudad llamada la capital de mundo y murió un número aún indeterminado de personas, pero como hacen los Estados Unidos de América, pues, se levantan de entre sus cenizas y tomaron la mayor cantidad de los hierros de las inmensas torres, los fundieron y construyeron esta nave que nos visita.

            Está totalmente bien mantenido y su puerto base es el querido Jacksonville que los lugareños llaman JAX y me recibieron con amabilidad y saludé al pabellón americano viendo hacia popa. Levanté mi mano derecha y la llevé a la visera de mi gorra civil y cuando la bajaba comenzó el “deja vu” y me di cuenta que estoy retirado, que ya no pertenezco a ese mundo, que no estaba uniformado, que soy venezolano y no estadounidense, pero lo dejé pasar.

            Cuando entramos, los pisos en azul, como mis buques, las paredes llenas de cables de equipos de control de averías, de simbología de seguridad, de escotillas, como mis buques; y el olor, ese olor de mis buques y decidí entregarme y convertir el “deja vu” en una realidad, es como una fantasía sexual que al hacerla realidad deja de ser fantasía y el  sub oficial (Chief) que me atendía me trataba como somos nosotros, con un amable respeto de fondo y hacíamos chistes profesionales y me llamaba “Captain” y mis preguntas no se hacían esperar ni tampoco se agotaban.

            Qué carajo, hoy volví a disfrutar de los olores y sabores del pasado, pero por un rato, porque estoy empeñado en ver hacia el futuro, hoy estuve a bordo de un bello buque de guerra, moderno, impecable, digno representante de esta nación a la que amo como mía, si, un buque construido con los hierros de la tragedia del Septiembre Once.

2 comments:

  1. Muy bien escrito...sencillo pero muy profundo...son los momentos en los cuales el pasado nos pasa por la mente en cuestión de segundos...agradecido a Alberto Shadah-H
    alshaven@gmail.com por enviármelo... No desmayes...Nunca...

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  2. Gracias por hacernos anhelar querer sentir y vivir ese "Deja vu". Si no senos passvel tiempo volveremos a sentirlo en una nave nuestra.

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