LAS CARAS DE LA IGNORANCIA

LAS CARAS DE LA IGNORANCIA

            Yo entiendo, créanme que lo entiendo, nadie tiene la culpa de nacer feo, inclusive yo. Con frecuencia nadie es quien quiere y podemos poner múltiples ejemplos contemporáneos, a unos les da por injertarse cabello cuando la alopecia arremete despiadada, otros como yo, creen que es injusto gastar ese dinero en cabello, cuando tengo otros ocultos, otros van al gimnasio a ver a las damas que no dejan nada para la imaginación, mientras su ominosa barriga desluce la compañía de la atlética, voluptuosa, curvilínea, lujuriosa y sudada mujer, corrijo, hay un error, lo único que está en la imaginación del gordito es levantársela, en eso si coincidimos.

            Yo entiendo que la genética, la naturaleza, inclusive la mala suerte, pueden jugar en contra de nuestra fenotipia, o por lo menos de la fenotipia que quisiéramos, aquella que constituye el ideal de la belleza, pero eso es algo muy personal, mientras Usted no afecte al prójimo, es algo realmente privado si no poseemos las pulgadas que a nuestro juicio nos harían un solapado gigolo americano con las impresionadas damas que se pelearían por estar en la cama con Usted y sus pulgadas, pero amigo lector, lo que ha sucedido con el nuevo Ministro del Poder Popular de la Economía Productiva, es demasiado para mi mal gusto.

            Le conmino a la amplitud de criterio, porque no es ilegal ser tan feo, de ninguna manera, lo que sí podría ser ilegal y hasta un crimen de “lesa inteligencia”, es ser feo, bruto y también Ministro de la Economía Productiva, lo que me hace entonces deducir, que la economía aplicada en los anos anteriores, como sus resultados nos lo escupen en la cara, ha sido “improductiva”

            El Señor Ministro Luis Salas, es un sociólogo y profesor, alumno o ambas cosas a las vez, de la Misión Robinson y les informo que si en esos paseos peripatéticos, que a veces hago caminando por las seguras calles del Doral, llegara a conseguírmelo de frente, llamaría al 911, si es que acaso el terror me deja, con la seguridad de que seré asaltado de la manera más violenta por ese presidiario o mejor dicho “cara de presidiario”

            Sabemos que es feo y no es culpa de él, yo también lo soy y trato de no publicarlo. La fealdad es inocultable, pero en materia de inteligencia debemos revisar esta cruel sentencia:

            “La inflación es el correlato económico del fascismo político”

            “El control de precios en los mercados es un falso problema, porque en los mercados los precios siempre están controlados”

            “La inflación es el desbalance entre producción y consumismo”

            “La inflación no existe en la vida real”

Y basta ya, no aguanto más, es suficiente para mí porque estoy absolutamente confundido, el Ministro me ha obnubilado, cegado, me ha enturbiado el entendimiento notablemente y seguro que Usted amigo lector también lo está. Si la inflación no existe en la vida real, debe existir en la vida irreal, ¡obvio!, en la vida celestial, en la espiritual o simplemente en la otra vida, ¿no creen? En materia de la segunda, tercera y primera sentencia no entraré a analizar el entuerto, pero este es el flamante regente del futuro económico de Venezuela y espero que pongan la correspondiente foto que avale mi sano comentario, pero esto es lo que hay.

Más de una treintena de ministerios absurdos e inoperantes han llevado al traste con el futuro de Venezuela. Estamos exportando juventudes preparadas, talentos de valor inconmensurable, estamos exportando lo más preciado de la sociedad y la esperanza toda de una Nación y yo lo lamento mucho.