LA VIRGEN NINA DE
MURILLO
Cuando
llegué a la casa de la Condesa, la vista selectivamente se fue sobre el cuadro,
era sin lugar a dudas una copia de “La virgen niña de Murillo” el pintor
sevillano del medioevo español nacido en Diciembre de 1617 de nombre Bartolomé
Esteban Murillo.
¿Quién
lo pinto? Le pregunte a la noble señora dueña de casa.
Del
pintor quiero hablarte, tenía tan solo trece años cuando hizo la obra y se
llama Pedro, si, Pedro Ángel Roncal, nacido en Calahorra y es mi hermano que
llegó a Venezuela a los veintidós años y le presenté a María Teresa Echeandía,
de Padre gallego y Madre de Bilbao, su actual esposa, a quien llamamos Maite.
Vivíamos
en Puerto Ordaz y se hizo mecánico tornero, prosperó y decidió retirarse a la
Madre Patria y fuimos cómplices porque le prestaba mi camioneta para que fuera
con Maite al parque Cachamay, creo que a estudiar la biología; y reímos juntos.
Mira, me dijo, ese cuadro también es de él y aquel otro, mírale aquí en las
fotos y creo que pude ver una importante parte de su vida.
La
Condesa de Navarra es mi muy querida vecina, casada en segundas nupcias con el Conde
Ceferino, un noble extraño por aquello de la mezcla con la sangre cubana, pero ¡Conde
al fin!
Pedro
y Maite, se casaron hace más tiempo del que puede durar la pena máxima en la
cárcel y vivieron también en la Valencia del tercer mundo. Deben comer mucho,
porque todas sus fotografías son alrededor de la mesa con opíparas comidas.
Admiradores de los fermines, esa típica fiesta de Pamplona que comienza con el “chupinazo”
desde el 6 de Julio hasta el 14 del mismo mes y data del siglo XVII como una tradición
de la cristiandad y aunque algunos amigos aseguran que nunca les ha perseguido
un toro, visten de san fermines con el orgullo de las tierras Navarras.
Pedro
y Maite cumplen cincuenta largos años de casados y desde estas tierras de
América del Norte, les felicitamos, les
deseamos larga vida y mucha prosperidad.
No comments:
Post a Comment