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Friday, March 20, 2015

UN ZEPPELIN SOBRE MI CASA


UN ZEPPELIN SOBRE MI CASA

                No cabe dudas que la mas reconciliadora e histórica mixtura entre El Reino Unido y Francia es el whisky con agua Perrier, de manera que contribuí a la paz mundial tropicalizándolo con mucho hielo y salí a mi balcón junto a un puro de hoja dominicana,  ¡por aquello de las Naciones Unidas!

                En mi horizonte visual, apareció una suerte de inmenso elefante volador, con inmensas letras “GOOD YEAR” y me vigilaba, le daba vueltas a mi edificio, de alguna manera podía ver a la gente en la barriga del inmenso zeppelín, que me veían como si yo fuera uno de los monos del circo, con lentitud y majestuosidad, se retiró hacia el norte y se camufló, haciendo fintas de que tomaba fotografías del partido de basquetbol en el American Airlines Arena,  ¡pero yo no me dejaba engañar!, regresaba a espiarme y mi trago aun sin probar, me volvía a ver , esta vez se acercó aún mas a mi casa y subió para posarse sobre mi cabeza en un ángulo, donde no le veía, pero donde escuchaba su antipático motor propulsor.

                Decidí probar mi trago y encender mi tabaco, miré el atardecer y brindé por nuestro éxito, el motor se acercaba y allí apareció para ocultarme la tarde.

                Al banco de Andorra le sucede lo mismo. Tiene un inmenso Zeppelin, lleno de justicia y sabios auditores vigilándolo y espiando, dándole vueltas, zamureándolo y como está bien alto  puede ver sin dificultad a los tres exministros chavistas, a Carlos Aguilera del SEBIN, al ruso mafioso que se descubrió ayer, a los zetas mejicanos y a todos los consumidores de decencia del crimen organizado en el que se incluye al asiático antipático, sobornador de ejecutivos del banco, cuyo negocio es el tráfico humano y la venta de menores, ¿Qué les parece esa institución bancaria?

                Si no hubiese consumidores de drogas, el negocio fuera muy mal y si no hubiese bancos bandoleros, los capitales ilegales no podrían lavarse, de manera que la guerra posee varios flancos, mientras el Zeppelin se posó frente a mi balcón y yo me sentí culpable ¡de no sé qué!

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