EL EFECTO LEAMCY
El
miedo se apodera y paraliza, hace que el humano post moderno se comporte de
maneras nunca pensadas, traicione, se abalance contra los propios con tal de
salvar su pellejo, sobre todo cuando el inculpado no posee valores ni creencias
contundentes.
Las
sanciones del Gobierno Norteamericano, debe poner a pensar con detenimiento a
los colegas militares. De siete personas, cinco forman parte de lo que queda de
la Fuerza Armada venezolana y ellos bien saben que no pueden cubrirse con la
muletilla ni con el burladero de que “estaba cumpliendo órdenes”
No
se hicieron esperar los pujos desaforados de los afectados. En la mente de cada
uno de ellos está la ilusión de vivir y gastar sus millones de dólares en los
Estados Unidos, pero ya no podrán y con beneplácito observamos los moradores de
estas playas que al menos cada semana es detenido algún funcionario, que por
subalterno, cree que no está en la lista, ¡pero se equivocan!
El
miedo los está haciendo reaccionar, los está haciendo pensar en la
sobrevivencia y me alegra todo esto, porque aquí la justicia no está por encima
de nadie y ni siquiera el Presidente Obama puede violarla, debido a la estricta
separación de los poderes.
La
China no será una opción, por cuanto dista mucho de la Venezuela de sus afectos
y excesos. Bielorrusia, ni pensarlo, ¡si
poco hablan inglés! Imagínense los dialectos e idiomas por aquellas frías
tierras, de manera que lo mas parecido sería Cuba, pero siempre estará peor que
la Venezuela actual, además, revolucionarios sin interés para el Gobierno de
los Castro, ¡hieden!
Ya
existen en los Estados Unidos algunas cabezas de playa tomadas, como el caso
del Magistrado lambarero Aponte Aponte, quien cantó la opera acusatoria con
lujos de detalles y ahora está acogido a una protección especial para cuando
haga falta. Pero nadie quiere parecerse a Aponte, nadie quiere ni siquiera un símil
con su proterva conducta falta de toda ética jurídica, pero la otra opción suena
un poco mas altruista, la del Capitán de Corbeta Leamcy Salazar, quien asqueado
(supuestamente), preparó la operación para entregarse al Gobierno Americano y
su paradero se desconocerá, por cuanto vivirá en alguna colina de Montana,
entre nieves, alces, venados y su nueva camioneta marca Ford. ¿Suena bien verdad?
En
este bendito país nada es gratis, de manera que esa mixtura entre el imperio de
la ley y la gratuidad es infalible y los delitos de lesa humanidad y lesa
patria, no prescriben y ellos, los acusados, poseen el inefable prontuario de
haber cometido ambos, de manera que espero se diviertan, mientras este gobierno
lleno de sorpresas en defensa de los derechos humanos y la democracia nos
sigue sorprendiendo positivamente y los pobres ignorantes saqueadores, explican
a sus esposas y amigos, que no abandonarán el barco revolucionario, mientras
que con su almohada, la conciencia les indica que una salida honrosa, entregándose
a la ley, (EL EFECTO LEAMCY) podría ser una alternativa.
Hemos
descubierto un nuevo efecto psicológico, que ya no funcionará por haber llegado
tarde a la fiesta de la libertad y los derechos humanos.
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