HORIZONTES ROJOS
Tuve por obligación que estudiar, documentarme,
preguntar a oncólogos y médicos en general, a espías y truhanes sobre si se
podía inocular un cáncer a un humano sano y las teorías fluían por doquier,
todo esto a la sazón del comentario de Hugo Chávez, toda vez que hay al menos
cinco Presidentes latinoamericanos, padecientes de esta ya endémica enfermedad.
Hugo no lo sugirió, como quiso acomodar a posteriori, no, yo lo escuché diciendo
que son los Estados Unidos, quienes han inoculado la enfermedad.
Seguiré esperando con
la paciencia de un escritor, a que tanto Evo como Daniel Ortega y Rafael Correa
cumplan con la premonición de Hugo, porque son ellos los llamados a sucumbir
bajo la maldad del Imperio que les teme y les toma como peligrosos contra sus
intereses. Si a un comunista cualquiera, su amada esposa le fuera infiel, es
culpa del Imperio, por ello no les creo y me dediqué a investigar.
Se han hecho
experimentos con ratas, inoculando aflatoxinas, que son micro toxinas
producidas por cepas en hongos del maíz, arroz, maní que pueden causar cáncer de
hígado. El helicobacter pillori, bacteria estomacal, el papiloma virus, cáncer de
útero y recto, pero al ser inoculadas en los roedores no se pudo comprobar el
crecimiento celular, al contrario, el cuerpo atacó ferozmente a las células
cancerígenas eliminándolas.
En un libro intitulado “Horizontes
rojos” cuyo autor es el General Ion Pacepa de la KGB, se documentó
perfectamente los procedimientos usados para inocular enfermedades, que se sepan
desde el año 1957. Pacepa es el oficial de la inteligencia del bloque Soviético
con mayor antigüedad que haya desertado nunca.
Nicolai Khoklov fue
envenenado en 1957 por ingesta en su comida usando polvo de Talio radioactivo
llamado como nombre código entre los espías como “RADU”, al ser el primero del
ejército de intoxicados, por inexperiencia en el trabajito, la administración
del veneno fue débil y ciertamente perdió todo el cabello, mas nunca murió.
En 1978 se ordenó administrar
RADU al Director del programa Rumano de radio Europa libre, de nombre Noel
Bernard, pero como ocurre con los comunistas, el verdugo desertó y nunca
cumplió la orden.
Alexander Litvinenko,
quien al ser el autor del libro “El grupo criminal Lubyanka” y oficial desertor
del servicio de seguridad Ruso, donde destruye lo poco que le queda de
reputación al Presidente Vladimir Putin y le acusa sin empaches de asesino y
ejecutor de muertes secretas a favor de la revolución, fue envenenado en un
restaurant Japonés de nombre Itsu, en la calle Piccadilly del Londres que le
brindó cobijo y le dió asilo político, con un RADU mejorado cuya base química
estaba compuesta por Polonio 210 y le administraron en su sushi tan solo diez
microgramos, que equivale para que Ud. tenga una idea, a doscientas veces mas
que la dosis letal, murió sin cabello, debilitado, famélico a las tres semanas
y a simple vista cualquiera podría inferir que fue por un violento cáncer, mas
el diagnóstico fue “Síndrome de radiación aguda”.
Hugo, tus asesores
deberían pasearte por estos detalles, porque cada ladrón juzgará por su
condición en estos Horizontes rojos y mi sana recomendación es hacer la
correcta pregunta a Fidel Castro, quien si sabe de esta materia.
EXCELENTE COMENTARIO SR. JURADO, LO FELICITO UN ABRAZO DE HERMANO
ReplyDeleteSi me permite una aclaración: El Lt. Gen. Ion Pacepa no perteneció al KGB (el servicio de inteligencia y espionaje ruso) sino al SIE (el servicio de espionaje tecnológico rumano). De hecho, fue la mayor autoridad en el dicho servicio durante muchos años....Un saludo!
ReplyDelete