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Wednesday, October 17, 2018

EL SECRETO DE LAS MARIPOSAS


EL SECRETO DE LAS MARIPOSAS

            Elegante y glamorosa, admirada y además apreciada en los círculos sociales más exclusivos de esa ciudad, siempre rodeada del arte, la inteligencia, el pensamiento y afable asistente a la gastronomía más exclusiva, salió esa tarde de su oficina y caminaba por las calles modernas de colores pasteles, cuando el diablillo le susurró al oído: entra, no pierdas esa oportunidad de ser irreverente por primera vez en tu vida, ya no hagas más caso ni intentes ser la perfecta ama de casa, la perfecta madre, la perfecta hembra, la modelo a seguir por tus absurdas e hipócritas amigas, no lo pienses más, ¡entra!

            Hay una novela con ese nombre, corrijo hay dos libros con ese título, porque para quienes no lo saben, no existen derecho de autor en los títulos, de manera que yo podría escribir alguna novela titulada “El quijote de la mancha” o “Los infortunios de la virtud” o más de acá, “La pasión turca” de mi admirado Antonio Gala, pero uno de ellos- de los autores en particular, cuyas obras están escritas en ingles pone como subtítulo “la reencarnación” el otro, los secretos del amor. Grandes y sugestivos dignos de crear polémicas pírricas y levantar altas y bajas pasiones aunque me temo que las pasiones en su mayoría son bajas, en referencia abierta al sexo.

            Sí, ella iba vestida de elegante negro, porque estábamos en invierno, ella sabía de su maltrecho matrimonio, que había resistido hasta romperse, las calamidades del hastío y del tiempo, de la rutina y del degaste y entró para tatuarse en alguna parte de la baja espalda las mariposas y fueron tres, pequeñas y coloridas, hermosas diría yo y guardó el secreto por siempre.

            La autora Rosemary Ness Bitner, cuya portada expongo, escribió bien, porque las mariposas poseen un secreto que a veces comparten con los humanos sensibles como ella, como la modelo ahora madura y por madura más bella.

            Tres mariposas que ejemplificaban en su secreto cuerpo, en su inmaculada figura las vidas de sus dos hijos y de su amante.

            Todos tenemos secretos, yo tengo una veintena que guardo y mastico, que a veces digiero y en otras me atraganto, pero son míos, solo míos, como las mariposas en la baja espalda de la esbelta dama de negro.

            Los amores clandestinos, llegué a leer en Schopenhauer, no tienen ningún sentido, porque pierden la esencia de hacerlos socialmente divinos y poder disfrutarlos sin empaches, sin persecuciones ni miedo. La transparencia en la vida y la sabrosura de ella cuando se mixturan con pequeños secretos adquieren un cariz sublime que solo la dueña de las mariposas puede conocer y disfrutar.

            En mi vida no quiero mentiras, ni cosas oscuras, pero una pequeña confidencia al oído, siempre es excitante.

            Me encantan los secretos de las mariposas, que vuelan en silencio hasta posarse en la baja espalda de alguna bella.

 

 

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