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Sunday, October 7, 2018

UN VIENTO DE LEVANTE


UN VIENTO DE LEVANTE

            Fue un buen fin de semana, dos libros pasados por las pupilas, poca ingesta de alcohol, una cena con la escritora, oración, ejercicio, meditación, jacuzzi y paz.

            He terminado un libro que apenas compré el jueves en la noche. Su autor, un español encantador y simpático como todos ellos, cautivó a todos sus escuchas en la presentación, realmente me vendió su literatura y yo la compré gustoso.

            Ricardo Eiriz, nos habló del método INTEGRA, para recuperar tu poder personal, borrar de tu subconsciente creencias y traumas absurdos y seguir la vida desde la perspectiva de la felicidad.

            En la contraportada de su libro se habla de él: “Es una persona cuya profesión es ser feliz y todas las experiencias vividas al elegir esta profesión no tienen mayor importancia, es Embajador de la paz y la buena voluntad de San Cristóbal de las casas en Chiapas, Méjico, ante la UNESCO”

            Si, lo terminé de leer antes de la media noche del sábado. Otros pendientes también, como “1093 tripulantes” del Capitán de Navío Héctor Bonzo, quien narra de manera inigualable los aconteceres del General Belgrano, hundido en aguas de las Malvinas en 1982.

            Me preguntaba; ¿esta es la vida que deseas tener? Y la respuesta de mi subconsciente fue afirmativa inmediatamente, si, si lo es, es silenciosa, es meditativa, es divertida, es inteligente, es amable, es amorosa, es gentil, me temo que también es glamorosa.

            Unos mariscos salteados con ensalada de berro, arroz blanco de jazmín, un par de cervezas Samuel Adams de la estación, una copa de helado de chocolate con frutas y una siesta, ¡me hacía falta! Y ella llegó a decir, muy ligera de ropas: ¡no existe un mejor restaurant que este! Y mi ego se esponjó.

            Todo esto sucedió después de venir de orar en la iglesia de Saint Raymond, en el oratorio perpetuo, porque me temo que me adelanto al pecado y pido perdón antes.

            La tarde color malva, nos invitó al jacuzzi y nos sumergimos en las hirvientes aguas para luego ver el anochecer en el banco de la esperanza, donde el tráfico marítimo era intenso, de yates lujosos, veleros amables y botes poco más comunes pero lindos y la brisa traía a la cara esa suerte de rocío salado que me recordó a los vientos de levante en Gibraltar.

            Recuerden que su vida, por sencilla que parezca, por lujosa que luzca, por glamorosa o humilde, realmente no es ella, sino como la cuentan.

            Estos vientos nacen en el mediterráneo central y en las proximidades de las Islas Baleares, pero ¿no creen que es sublime y también legítimo, compararlos con estos chuscos vientos de la Florida, cuando el alma y la psiquis se encuentran inspiradas?

            Aprovechen estos momentos, me refiero a los de inspiración. Aprendan a buscarlos y saboréenlos, porque debemos aprender a vivir, porque más pronto que tarde entenderemos que morir ya lo sabemos todos.

 

 

1 comment:

  1. Gracias por inspirarnos nuevamente Bernardo. Ciertamente, para mi son momentos de masticar y saborear cual exquisito bocado la idea que bulle, inspira y desafía mis modestas capacidades e induce a sumergirme con alguna planeación básica en las teorías y referencias que le dan vida, ajustar propósitos y alcance, contrastar con la realidad de mi contexto, justificar el sueño de su puesta a punto y prueba inicial, y desde allí regresarme al inicio, a intentar levar anclas a sabiendas que la lucha será entonces, mantener vivos deseo, determinación y disciplina para intentar llegar razonablemente seguro al puerto de destino. Aprender a diario de errores, malas decisiones, fracasos e incipientes triunfos bien valen la pena. Fuerte abrazo.

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