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Sunday, July 8, 2018

EL TOQUE DE LOS ÁNGELES


EL TOQUE DE LOS ÁNGELES

            Ella dijo….”realmente tengo tiempo sin pasar por la emergencia, tengo tiempo libre para mi próximo paciente, de manera pasaré a saludar a las enfermeras”

            Me llamó antes, para decirme lo concerniente a ese paciente de ochenta y tantos y simplemente le dije: recuerda que eres solo un instrumento, una brizna, minúscula, una suerte de maroma cuyos hilos los maneja Dios, bendice a tus pacientes y todo se dará a pedir de boca.

            Infiero que las enfermeras, las verdaderas protagonistas del trajinar con pacientes en un país sin nada, la saludaban con el cariño que ella se merece. Fue caminando hasta la unidad de diálisis y allí estaban los llenos de esperanza, conectados a sus aparatos.

            Más besos, más saludos y la entrada al recinto de los pacientes y acto seguido se desconectó esa joven de apenas veintisiete años que a la sazón también es médico.

            Quiero recordar que una máquina de diálisis purifica trescientos centímetros cúbicos de sangre por minuto y tenemos en promedio unos cinco litros en nuestro cuerpo, de forma, que podrá inferir, que en tan solo treinta segundos expulsaríamos ciento cincuenta CC.

            En el postigo, si acaso podemos llamarle así a la entrada de la sala de esperanzas, ella vio la emergencia, se había desprendido el catéter producto de las presiones y la sangre fluía de la vena y de la máquina, era un reguero, un desorden, no había nadie cerca excepto ella, era la llamada por los ángeles a resolver la terrible emergencia. Peinada, maquillada, vestida profesionalmente, bata blanca, olvidó todo aquello para parar la escandalosa hemorragia mientras la paciente se veía morir a cada segundo, ella lo sabía cómo paciente y como médico.

            Tomó las vías, paró la máquina para evitar el desperdicio de la preciada sangre y la verdad es que no sé qué más hizo, pero la salvó, la tranquilizó porque esa muerte es terrible y casi siempre desesperante y macabra.

            Llegaron los que deberían haber actuado y todo volvió a la normalidad aparente, porque esas cosas marcan a todos por igual.

            Otro, en una similar situación con una presión arterial sobre las veintidós/ trece, gritaba del dolor de cabeza como es de esperar y decía, no me abandone doctora, no me deje. Cincuenta y dos años, diabético y sin medicinas, que cosas que ese país del absurdo y la negligencia. A veces pienso que los que se salvan son tocados por un ángel. Con más frecuencia sé, que la Doctora Doris López, es el ángel y aunque ella no me crea, siempre se lo digo. Aunque ella no le crea a esos pacientes que le besan la mano con veneración como si fuera una virgen milagrosa, yo siempre se lo digo, porque ella es esa flor perfumada del río, ella es la única esperanza en la vida de mucha gente, ella es el ángel que definitivamente ha aprendido a hacer de la medicina, una profesión humana en el país sin alma, sin medicamentos, sin comida.

            Que Dios bendiga a la Doctora Doris López, el ángel, que sin saberlo, toca las almas de los desvalidos moribundos.

 


Doris Lopez es escritora.
Su mas reciente ensayo: "De mi rinon aprendi"a la venta en Amazon

5 comments:

  1. Bello y.merecido homenaje. Felicitaciones a ambos escritor y escritora.

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  2. Como siempre en el punto o centro de gravedad del tema, bella el angel, aunque los ángeles no tienen sexo que les diferencie...Viviendo en carne propia en el País que describes, tal vez de esos ángeles, más que su experticia o conocimiento, cada vez más requerimos el COMPROMISO con los pacientes.."compromiso" palabra mágica que casi está desapareciendo del diario acontecer de nuestras sociedades. BZ para ti y para Doris.

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  3. Muchas gracias Capitanes Barrios y Escobar, compromiso y pasión que nunca se apaga cuando lo que haces es con gusto, a pesar de la circunstancias, siempre será más la ganancia de ayudar al necesitado.

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  4. Dios se lo pague y la bendiga siempre.

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  5. Mis Respetos Doctora Dios la Bendiga!

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