MUJERCITA ABSURDA

MUJERCITA ABSURDA

            Era un viernes ya en casa, después de una ajetreada y dura semana de trabajo, los planes pasaron a segundo plano, la idea era una pijama, un escocés y un buen habano, para ver salir la luna en la bahía, pero apareció un amigo con algún tipo de problema que debía hablar conmigo, llegó a casa y le serví un trago como manda el elemental protocolo social, hablamos y un quinto trago y se hizo sábado.

            El viernes siguiente, ya trajeado para atender una especial invitación a la ópera me llamaron del front desk para informarme que nuevamente el amigo estaba en el edificio y con pasmosa tranquilidad ordené que no le dejaran pasar, créanme que no sentí el más mínimo remordimiento, porque como lo hemos escrito el NO nos hace libres, nos libera y yo no tenía ninguna intención de dejar de ir a la opera. El “amigo” quien aseguraba la semana pasada que yo era su hermano, creo que dejó de serlo, pero a menos que tenga un problema que nadie más en el planeta pueda resolver, con gusto lo atenderé sin haberme informado que vendría, pero en mi casa se bebe licor cuando yo lo hago y esta es una regla sin excepciones.

            Seguramente alguno de ustedes me acusará, criticarán mi posición y mi defensa de la privacidad, pero no me importa, porque cuando usted se permite perderla (la privacidad) pasa a engrosar las filas de los esclavos de los otros. ¡Una regla para ser profesionalmente infeliz es complacer a todos! De manera que les ruego me den una llamada antes de aparecerse e intentar romper mis planes, porque no tendrán éxito y perderán el viaje.

            La Canciller de la República de Venezuela, la de la boquita de la cual ya escribimos también, no entiende del ejemplo personal prenombrado y llegó a la reunión del Mercosur acompañada del indeseable e impresentable Canciller boliviano y demás miembros de Barrio Adentro a armar el jaleo en lo que la indeseable mujercita cree que son las relaciones internacionales.

            A trompones entró al recinto, (como he visto en el video), intentaron con máxima educación persuadirla de su indeseable presencia, pero no, la mujercita absurda subió hasta el salón de reuniones acompañada de los vítores de “Venezuela se respeta” “ella es una dama” “nos representa a todos” etc., una suerte de chusma insurrecta que desdice del gentilicio venezolano, pero eso es lo que hay, la Canciller del chofer colombiano, del narcogobierno, de los ignorantes sin la más mínima lucidez.

            Como es de esperar, los dignatarios representantes de los demás gobiernos, se pararon de sus asientos y se retiraron y a la pobre Delcy Eloina, la mujercita absurda, la dejaron con los crespos hechos y ¿saben porque? Por la misma razón, porque Venezuela se respeta y porque asumieron que ella es una dama y me temo que ya el mundo sabe del desprecio que sentimos los venezolanos por ellos, por los pocos que aun mandan y por la absurda herencia del Comandante Eterno y galáctico del absurdo, del hambre, del despilfarro y del levantamiento del lumpen sobre la inteligencia y las buenas formas.