EL MAPA DEL INFIERNO

Con la palabra saliglia, el Vaticano resumía en la memoria como una regla nemotécnica en la Edad Media, los siete pecados capitales y esta es un acrónimo en latín de superbia, avaritia, luxuria, invidia, gula, ira y acedia, que traducido al idioma de Cervantes es: Orgullo, avaricia, lujuria, envidia, gula, ira y pereza. En el más reciente viaje de Nicolás Maduro a New York, se dieron sobradamente todas las anteriores. Junto a sus 175 invitados, se movilizaron por la ciudad en seis limosinas, tres camionetas, tres autobuses y el personal de la casa militar tenía para gastos imprevistos la suma de $300.000 en efectivo. La habitación Presidencial costó a CITGO, $10.000 por noche, mientras que por los invitados se pagó a razón de $1000. En el Restaurant Nelo’s en una sola sentada la cuenta fue de $79.880, para 50 personas de la comitiva y la propina de tan solo $13.000. Como hermanos revolucionarios le fue pagado también, el combustible de aviación a Rafael Correa, Presidente de Ecuador y a Evo Morales de Bolivia. Por un momento me imagino al Presidente obrero y mofletudo sin ropa y a la primera combatiente, (como es llamada su esposa), recién levantada y ambos que no son nada agraciados extrañando a la convulsa Caracas en una conversación diabólica de cama. Como es de suponer, todos los pecados capitales prenombrados, se llevaron a cabo en esta visita turística a la ONU, mientras los venezolanos mueren de mengua y de extraños síndromes gripales. Sandro Boticelli, tituló así, “Il Mappa dell Inferno” a una de sus obras más laureadas, como tributo a la obra literaria del siglo XIV del poeta italiano Dante Allighieri (La divina comedia), cuyo primer capítulo se llama “El infierno” y desde mi punto de vista si desea Usted ver el verdadero mapa del infierno, podría ir a Google Map y buscar Caracas Venezuela, para que el caos, la desidia, la impericia, la lenidad, la estupidez, la ira, la pereza y todos los demás pecados, hagan mella en su ánimo y le de dolor a su corazón, como paso primario al acceso del infierno como lo describiera Dante, acompañado de Virgilio. Ellos vinieron a saquear con éxito a Venezuela y nosotros somos los culpables de permitírselo, de manera que a esta avanzada edad que me adorna y que cronológicamente me asegura que tengo más pasado que futuro, no creo que pueda ver el resurgir de la prosperidad, después del infierno en que han convertido a mi país, estos diablos sueltos que aún no purgan sus culpas.