EL ISLAM

A esta avanzada edad que me adorna, no puedo creer que el Islam es un movimiento de paz. Ciertamente infiero que no todos sus miembros son violentos y decapitadores profesionales, asesinos malversadores de las escrituras, prolíficos gritones de la maldad ni truhanes medievales asaltantes de caminos, NO, pero evidencias insalvables me indican que los pocos buenos de ese grupo, guardan silencio ante los excesos de la muerte de los dos periodistas norteamericanos y los miles de personas torturadas y asesinadas a mansalva y posteriormente enterradas en fosas comunes, donde ser cristiano, judío o profeso de cualquier otra religión les hace frente a sus ojos infieles que deben morir. En Miami se ha hecho recientemente una manifestación muy escasa por cierto en defensa de algunos derechos de estas gentes y yo me pregunto ¿Por qué si en sus países no podemos tener iglesias católicas, tenemos que construir mezquitas en territorio Norteamericano? ¿Si me disfrazara de mujer musulmana con esa ingente cantidad de kilogramos de trapos negros que tapan toda identidad, estaríamos en capacidad cómodamente de asaltar un banco y nunca ser conseguidos, no será eso ilegal?, cuando las autoridades exigen que los vidrios delanteros de nuestros vehículos puedan transparentar nuestras caras a manera de ser reconocidos ante cualquier transgresión de la ley. ¿Desea Usted profesar e Islam?, pues primero debe ajustarse a las leyes de este país, antes de que ocurra lo que en Francia, ya minada de violentos que cada día exigen más derechos. Rusia por ejemplo ha puesto una interesante frontera jugando a lo predicho. Japón no da ciudadanía a ninguno de ellos, a menos que firme un documento asegurando que no cambiará la rutina de la ciudad toda y se acogerá a lo previsto en la ley, los colegios no darán horario especial a los niños para que hagan sus oraciones con vista el Este y por ello, todos esos países no poseen los problemas que ellos traen en sus maletas de retraso. Basta ya de la lenidad y la aceptación porque los derechos de ellos no son mas importantes que los suyos, así que o se acogen a las costumbres de los países donde han emigrado o están frente a la feliz oportunidad de devolverse a disfrutar del Islam a sus anchas, donde las mujeres son poco menos que esclavas y de esa manera podrán ser felices. Asesinatos de católicos crucificados, el 11 de Septiembre, ISIS, el llamado califato, el Estado Islámico, ¡basta ya!, porque los malos ocupan los lugares, cuando los buenos guardamos silencio. Para ellos, fanáticos todos, están haciendo el bien, por lo menos así lo determina John Kekes, autor del libro “Las raíces del mal” y mientras en el 2001 estábamos de luto por la muerte de miles de personas en las Torres Gemelas de New York, ellos celebraban el triunfo de su visión sobre el maligno enemigo (nosotros), de manera que poseemos diferentes puntos de vista, diferentes interpretaciones Hermenéuticas y lo que es bueno para nosotros es malo para ellos y viceversa. Bienvenidos sean, todos aquellos profesos islamistas de paz, que deberán indefectiblemente alzar su voz junto a la nuestra ante los excesos de los retrasados que hacen loas a la violencia medieval.