LA REBELION DE LOS NAUFRAGOS

LA REBELIÓN DE LOS NÁUFRAGOS
Si le ordenaran tener sexo con esa dama, ícono de la femineidad o tal vez con ese gentil caballero de Hollywood y que cumple con todos los requisitos propios de sus gustos como fémina o para los amigos del otro lado de la autopista, creo que Ricky Martin estaría bien, pero todos los días a las cuatro de la tarde. Que cree Usted que pasaría al cabo de tres meses?
Queridos amigos, con lo anterior quiero ilustrar que nada obligado es bueno, inclusive el sexo, que aunque persuadido como estoy de que todo humano requiere oposición para crecer, las cosas a la fuerza y hasta la belleza cansan.
Hace algún tiempo dejé de ganarme un dinerito, cuando una afamada dama de la televisión me propuso que escribiera un libro sobre la política venezolana, que ella pagaría la edición y todos los gastos que eso acarreara y yo me negué, porque no puedo escribir sobre algo que no me inspira, algo que me enerva, me disgusta, me asquea, por decir lo menos, pero creo que no es la política per-sé, son los políticos y sobre todo los aventureros actuales.
Los militares somos muy pero muy malos para gobernar, simplemente porque no hemos sido entrenados para ello y no sabemos producir riqueza, a duras penas sabemos gastar un presupuesto correctamente. Agreguemos que tampoco aceptamos la disidencia y en la juventud consideramos que las opiniones encontradas a nuestras órdenes son un síntoma de irrespeto y falta de formación del disidente.
Hace anos preguntaba a mis oficiales cual era el sistema de gobierno de mi buque y la gran mayoría contesto democrático porque para mí eran importantes sus opiniones y resulta que ninguno de ellos votó por mí para optar a ese puesto. Tanto un hogar como un buque es monárquico hereditario y eso lo inventó el Señor Aristóteles y lo escribió en “La politeia”.
Estoy leyendo ese encantador libro de Martha Rivero, que ha causado un boom editorial, es bellamente adornado con anécdotas de los protagonistas y posee esa trampa encantadora del escritor experto, que nos construye la incertidumbre y nos deja en suspenso hasta el fin del capítulo. “La rebelión de los náufragos” habla in extenso de los venezolanos y de sus dicotomías, que a nada nos ha llevado, pero sobre todo, de la médula del Gobierno de Carlos Andrés Pérez y de sus bondades (que fueron muchas), como demócrata denostado. De la aplicación de medidas que no fueron aceptadas por el pueblo y que ahora pagan con sangre, de los intríngulis e intrigas, que socavaron la gobernabilidad y que desembocó en la sustitución del Presidente a solo siete meses de finalizar su período, en fin, a esa insurrección que vomitó a uno de los militares menos preparados que he conocido, a un profesional de las armas, resentido desde su infancia y desde el maltrato, que nos impone a todos y con merecida razón (por culpa nuestra), la hediondez de su juventud y la violencia de su formación, aunado a la incultura impuesta por su padre de profesión maestro.
Saben quién es? …nada obligado es bueno y hasta la belleza cansa!.