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Monday, October 24, 2011

LA PRIMAVERA VENEZOLANA

PRIMAVERA VENEZOLANA

Por nuestra cercanía al eje ecuatorial, en Venezuela no podemos discriminar los comienzos de las estaciones.
La Caracas de mi infancia era muy fresca, tanto como los comienzos de la primavera de Washington tal vez y espero no exagerar, pero mi crecimiento como hombre de deporte a las faldas del Cerro el Ávila, era húmedo en las mañanas y de agradable temperatura en esos años setenta, en el Sebucán y la Altamira de mis amores, en Los Palos Grandes del terremoto y en la Santa Eduviges de la Iglesia donde mis Padres fueron los segundos en casarse, después del arquitecto y donde asistí por vez primera a los oficios religiosos de los curas que me educaron y que pertenecían a la congregación de los Pasionistas.
Con frecuencia digo que es probable, que de ser célibe yo pudiese ser un sacerdote inspirador, pero la carne llama y es virtualmente imposible para mí, dejar de pecar en ese sentido. No lo digo con arrogancia, de ninguna manera, lo digo con profunda admiración hacia esos hombres que entregan la vida con pasión al servicio de Dios y que son recompensados con una larga vida llena de alegrías, sabiduría o es que acaso conoce Usted, algún cura que haya muerto joven, por cáncer de próstata o tal vez de ese cuasi común infarto?, que haya perdido la vida en un Ícaro, ultraligero o por una mordedura de tiburón surfeando en una playa australiana?. La respuesta es un común NO.
Hablo de larga vida de esas personas entregadas al bien de la humanidad, porque las cosas tienen siempre dos caras y hay un gran ejército de personas entregadas al mal de la humanidad, entre ellos el recientemente fallecido a tiros y golpes por una turba, Mohamar el Gadaffi, al que ya nos hemos referido en este espacio y que seguro estoy, pensaba que hacía el mejor de los bienes a su pueblo, Libia.
En el mes de Diciembre del 2010, comenzó espontáneamente, el fenómeno de rebelión llamado la primavera Árabe, una ola de rebeliones y protestas que hicieron temblar los regímenes de Tunisia, Egipto, por supuesto Libia, Algeria, Marruecos, Omán, Jordania, Iraq, Kuwait, Líbano, Mauritania, Sahara Occidental, con su espectacular Agadir y que llegó cercano a los bordes de Israel y todos gritaban como entrenados, la traducción de sus respectivas lenguas: “The people want to bring down the regime” lo que es lo mismo: “El pueblo quiere la caída del régimen”
El efecto de Coriolis hace que el agua de la poceta baje en sentido contrario en la Argentina que a la poceta mía aquí en Miami, por aquel efecto de rotación y también el de traslación de todo el planeta, pero cuando nos encontramos cercanos al Ecuador no podemos notar esas variantes que se gestan frente a nuestros ojos y que por naturales, no les hacemos caso.
La primavera Árabe se ha dado como un fenómeno natural, que ha sorprendido a los hacedores del mal y que el mundo libre ha aplaudido como si de un tono de Pavaroti en la ópera, se tratara, ese alto decibel de libertad que ya se merecen y yo me pregunto: acaso por natural, acaso por acostumbrarnos al mal, no hemos visto que la primavera si se puede ver en Venezuela?

2 comments:

  1. Creo que debemos ser cautos al evaluar la Primavera Árabe. Aún es temprano para afirmar que las rebeliones que han derrocado a los tiranos en Túnez, Egipto y Argelia no terminarán resultando en un mal peor. Aquello de saltar de la olla y caer en el fuego.
    La democracia es la mejor forma de gobierno, pero no siempre es capaz de engendrar hijos sanos. Democrático fue el acceso al poder de Hitler y democrática la ratificación del Mussolini (irregularidades aparte), así como democráticas fueron en nuestras tierras venezolanas las conquistas del poder de más de un dictador.
    El verdadero peligro para la libertad es mucho más sutil que las “excentricidades” de Gadafi o las arbitrariedades de Saddam Hussein.
    Tan sólo diez meses después de la inmolación de Mohamed Bouazizi, Túnez celebró sus elecciones el pasado domingo (con el arrollador éxito del supuestamente moderado partido islamista Ennahda. Y digo supuestamente porque declaraciones como la "democracia es el mejor sistema en ausencia del sistema islámico." No dejan demasiadas dudas respecto a lo que son sus últimas intenciones), el cadáver de Gadafi es expuesto públicamente en una nevera, Hosni Mubarak es juzgado por diversos tipos de corrupción y en Yemen Alí Abdullah seguro que está mirándose con dedicación los folletos de la agencia de viajes.
    No seamos ingenuos, una revolución no sólo necesita del caldo de cultivo que representa el pueblo enfurecido y un detonante como la muerte de Bouazizi. Una revolución (y más de esas dimensiones) requiere una cuidadosa planificación (o alguien cree que las cintas rosadas aparecen por arte de magia en Saná).
    Arabia Saudita no sólo exporta petróleo, desde hace décadas han estado exportando su interpretación del Islam (el wahabismo, una visión extremista del sunnismo) mediante la inversión de cientos de millones de dólares para la creación de mezquitas y centros de estudios islámicos en todo el mediterráneo africano (y, “off the record” no olvidemos que la casa bin Laden ha mantenido excelentes relaciones con la casa Al-Saud que gobierna el país).
    ¿Es acaso casual que estos levantamiento populares se estén dando precisamente en lo países más laicos del mundo árabe?
    Espero no tener razón, pero el futuro de las rebeliones del mundo Árabe (al menos a corto plazo) no pasará de un quítate tu pa’ ponerme yo y un remedio mucho más amargo y pernicioso de lo que fue la enfermedad.
    Y de Venezuela ¿qué podríamos decir?, ¿a que dieron paso los comicios del ’98? La respuesta a esa pregunta parece más propia de una obra de Ionesco que de un futuro libro de historia. La pregunta pertinente es ¿cómo podemos estar seguros de que el relevo del gobierno actual no será aún peor para nuestra tierra y nuestra gente? Esa es la pregunta que hay que contestarse.
    Y sobre esa pregunta es que hay que construir el futuro. A mi entender la gran fractura entre los venezolanos no es económica sino educacional. La democracia exige cultura política en el pueblo, si esto no se da, entonces ni la libertad de elección ni la capacidad de control público son posibles. No me canso de repetir a Bolívar: Moral y luces son nuestras primeras necesidades.
    Quien quiera que gobierne nuestro amado país tiene el compromiso histórico de dejar de dar peces y empezar a enseñar a pescar, pero ya lo dice el refrán: el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones.

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  2. Soy un abusador... me pongo a escribir y ya no puedo parar. Mil disculpas.

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