ESCAPE DEL DESTINO
Cuando
yo conocí a Ernst, me conseguí con un hombre, por decir lo menos, proteico, con
una energía contagiosa, inteligencia epidérmica, preparación a prueba de balas.
Le conocí muy bien y luego conocí a sus hijos y a dos nietas que ya son unas
mujeres, perdón, se me olvidaba, también tuve el placer de compartir con un par
de bisnietos tan enérgicos como su bisabuelo.
Mi
amiga Emmy, su hija, me llamó para darme el regalo de que mi amigo Ernst había escrito
un libro y entre ella y Ricardo querían publicarlo, ya había llegado el momento.
Seguramente los cuidadores del averno ya habían muerto o tal vez estarían en
sus últimos días de ancianidad y nos llegó la historia.
La
primera que me dio una opinión fue Lesbia, nuestra socia, quien me dijo,
palabras más, palabras menos que era una obra literaria suprema, con una
historia de vida excepcional y yo tan solo guardé silencio, porque les repito,
yo conozco a Ernst Loew y su vida, y Lesbia tiene razón absoluta.
Cuando
Ernst llegó de Ginebra en Suiza, donde se graduó de Doctor en Economía, nos
dimos aquel abrazo de júbilo, de felicidad, de felicitación por ese logro y
todo fue en español, porque aunque él era alemán, si, nacido en Mannheim a
principios del siglo XX, específicamente en 1905, pues, ya podrán inferir ustedes
que mi amigo vivió en su propia piel un par de guerras mundiales en las que su país
de origen, estuvo inmerso hasta los tuétanos, donde murieron millones de jóvenes
de su edad, pero no Ernst, nuestro Ernst amigo y ejemplo de juventudes.
Yo le
leía con fruición, por cuanto fue un connotado escritor de múltiples medios
impresos, donde denunciaba con furibunda inteligencia y disciplina, con
espartana actitud, con inacabable constancia, los abusos, los excesos, el
absurdo de todos los regímenes de izquierda, entonces ante eso, no había duda
alguna: Ernst Loew era de los míos.
Ya sé
que estarán sacando las cuentas del infame cronos entre Ernst y yo, pero no les
miento, yo le conozco muy bien, porque aquellos que escriben y que han dejado
para la humanidad sus aprendizajes, sus vivencias, también sus falencias y
humanos errores, si, aquellos valientes que desde las letras, el arma mas
letal, han luchado por sus ideales de libertad, esos toreros, arriesgados, jamás
mueren porque personas como yo podemos leerles, honrarles, disfrutarlos y
evitar los escollos que en esa vida llena de aventuras, tuvo nuestro protagonista
Ernst Loew.
‘Escape
del destino es una obra de la vida real llena de amores, dolores, alegrías y
sin sabores, desarrollada en la Europa de la II Guerra Mundial. Define
claramente la a veces ardua tarea de buscarse el futuro enfrentando todos los
contratiempos. Es esta una novela inspiradora de incuestionable valor humano.’
Mi
amigo Ernst, murió en santa paz, en la bella Costa Rica, en 1985, tenía ochenta
y un años y muchos amigos como yo.
‘Escape
del destino’ ya está a la venta en Amazon y es otra obra bien editada por ‘Jurado
Grupo Editorial’
juradopublishing@yahoo.com
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