PASADO
INCOMPLETO
Realmente
estoy que me subo por las paredes, me dice mi amigo. Otro con el mismo tenor de
queja, me informa que está obstinado, aburrido, que no está produciendo, que el
confinamiento lo tiene loco, que la esposa está insoportable, que lo atosiga,
le mortifica, le reprime, que si ponte la mascarilla, que lávate las manos,
además parece mentira, pero el sexo forma parte de un pasado incompleto para
los efectos de los días que nos quedan
en claustro.
Por
mi parte, les escucho estoico y parco y logro aislar sus comentarios en mi
mente, hasta que escucho al otro lado del auricular: ¿estas allí? Y le contesto
con toda hipocresía: si, te escucho con suma atención y toman más fuerza y
sigue la queja. Al cansarse, tomo mi lugar y riposto con maldad: quiero que
sepas que una de las mejores cosas que me ha pasado este año es el estar en mi
casa, trabajar menos horas, hacer fiestas privadas celebrando cosas que antes
no celebraba como por ejemplo la memorable fiesta del mes de confinamiento,
alegres de no estar contagiados con el maléfico virus Covid 19, limpiamos la
casa, pusimos flores, arreglamos una mesa especial como si viniera el príncipe Carlos
de Gales y la condesa de Cornualles, porque amigo, le decía a ambos, siempre
será preferible estar confinado y no contaminado, además, agrego, para un escritor
es una bendición guardar silencio, leer, escribir, pensar, orar, meditar. Me levanto
a las 5:50 AM, medito y hago café, ella en la cama me espera, vuelvo a tomar
las ideas, hago algunas flexiones y sudo por unos veinte minutos y desayunamos opíparamente
para paliar la cena frugal, porque eso
es lo que debe hacerse.
En
el idioma inglés, del cual el escritor argentino Jorge Luis Borges llegó a
asegurar que es el mejor para la poesía, existen unas tres mil palabras que
describen emociones, pero ¡sorpresa!, de ellas, al menos dos mil, describen
emociones negativas.
Si
cambias el lenguaje, que a la vez viene de tu pensamiento, cambiará tu percepción,
tus emociones, tu manera de actuar y esto ha llegado a llamarse científicamente
como “Lenguaje transformacional”
El
lenguaje es tan, pero tan importante que dependiendo de él, se encuentra tu
futuro. Dependiendo de él, tu pasado puede verse como un aprendizaje o como una
maldición gitana y se los digo porque lo he puesto a prueba y lo seguiré
haciendo: una prima muy querida, me decía por teléfono que admiraba mucho como
me he reinventado después de la tragedia de haber salido intempestivamente del país
acusado de espionaje, de la manera cruel en que llegué a estas tierras y otras
pendejadas más y le paré en seco para decirle que lo sucedido lo agradezco, que
ha sido una de las mejores y más eficientes lecciones de la vida y me siento
feliz de todo lo sucedido, que ese ciclo está cerrado y se ha abierto ya desde
hace varios años, otro ciclo de prosperidad, de invención, de sonrisas, de
amores.
Cambia
tu lenguaje, o tu pasado será incompleto ante un oscuro futuro.
Bernardo Jurado es el autor de “Divinos, luego humanos” y ocho libros más,
todos a la venta en Amazon.
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