Podría
recordar con exactitud cada día de Mayo de 1982 durante la guerra de las
Malvinas, porque estábamos en la Escuela Naval y suspirábamos de manera
reciclada por información. Éramos un grupito de cadetes del tercer año que soñábamos
con ser comandantes de buques, leíamos periódicos viejos con al menos una
semana de retraso, el mas actualizado era yo cuando me llegaba la revista Times
en inglés que me traía de contrabando una estudiante de ingeniería naval. Admirábamos
mucho a los marinos argentinos, en nuestra mente se desarrollaba el combate
aeronaval, la táctica, las aproximaciones a baja cota de los aviones navales,
el lanzamiento del exocet, los ataques a la flota inglesa con bombas paradójicamente
británicas.
El
Almirante Goodward, comandante británico aseguró que nada se pudo hacer contra
la persistencia de los pilotos argentinos y es allí donde se encuentra el
meollo de este escrito, en la persistencia que deja huellas detrás del éxito.
Como
ya he escrito en otros sitios, cuando llegué a estas benditas tierras, todo era
una fiesta en Caracas. Los restaurantes llenos de comensales, la cháchara
permanente, negocios por doquier y miren que no estoy hablando del medioevo
sino de apenas el año 2006 y yo pensaba
que me había caído una brujería gitana maligna y acudí a la única manera que
conozco, la cual es trabajar lo mas duro posible hasta lograr lo que para mi en
ese entonces era el éxito, y en el camino comencé a prepararme y jamás salí de
vacaciones, cosa que es incorrecta y leía y sigo leyendo como si las letras se
fueran a acabar y buscaba y buscaba sin saber que, como lo hacía en 1982 y mi
mente se fue reticulando y comenzaron las ideas y conseguí una vocación que no conocía
en la radio y luego en la televisión y me pagaban y en Caracas continuaba la
fiesta ya sin muchas ganas y en 2011 comencé a escribir con disciplina, con
enfermiza disciplina y presenté mi primer libro y luego el sexto hasta el
noveno y puedo asegurar que no hay dinero mas grato que el que se hace con las
letras. Recuerdo que todas las ediciones las pagué de mi bolsillo, porque ninguna
de las doce editoriales a quienes les mandé una carta me contestaron y se los
agradezco, porque llegó el momento en que me dije que ellos no eran mas
inteligentes que yo y me hice mi propia editorial. Ojalá que me sigan diciendo
que no a todo, ojalá que crean que fracasé, porque eso para mi es un reto como
el de los aviadores navales argentinos contra las fragatas británicas.
El
éxito no viene por casualidad. Es el encuentro de la preparación con la
oportunidad y allí aparece Pareto, cuando habla de la relación 20-80 y en el
caso de los exiliados obedece a 80 por ciento de preparación y 20 de acción,
porque el éxito deja huellas a veces tan sublimes y tibias que las personas
asumen que es fácil.
El
éxito no es el sitio donde llegar, es el camino siempre en crecimiento.
Bernardo Jurado
es el autor de “Esto también pasará” y ocho libros más, todos a la venta en
Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.
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ReplyDeleteExcellent! My admirated Bernardo Jurado... "First was the verb"
ReplyDeleteMe encanta muchos éxitos en memoria de Bernardo
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