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Saturday, February 15, 2020

TODO SE DESCUBRE


TODO SE DESCUBRE

            Estaba en su vehículo cuando se percató que por el frente se le aproximaba un hombre con una subametralladora. Por instinto miró por el retrovisor y pudo ver a dos más pistola en mano, también caminando hacia él, bajó todos los vidrios del vehículo y comenzó el tiroteo.

            No eran tres, sino cinco sicarios del G2 cubano, mandados expresamente a eliminarlo.

            En la refriega eliminó a tres de los asesinos y el recibió catorce proyectiles. Como pudo avanzó en su carro, por una calle en bajada, intentó huir de la escena, nadie salía a ayudarlo, todos aterrorizados se guardaban en sus casas y los tres cadáveres yacían en un charco de sangre en la calle.

            El carro avanzaba lentamente y perdía fuerzas, como es natural, su cuerpo y su cara destrozados, pero aún estaba vivo hasta que sintió mucho sueño y desaceleró para desmayarse. El vehículo corrió cuesta abajo y colisionó muy despacio con una ambulancia que prestaba servicios a alguien. Inmediatamente los paramédicos entendieron que sus prioridades habían cambiado y lo llevaron al hospital, donde fue atendido y curado. Esto sucedió en Guatemala a Luis Clemente Posada Carriles, quien hoy cumpliría noventa y dos años de edad.

            Paradójicamente y rompiendo cualquier posibilidad estadística murió a la misma edad de su jurado enemigo, murió a los noventa años como Fidel Castro Ruz, el asaltante de la decencia, el gánster del caribe, el sicario de las juventudes, el satanás verde oliva.

            Fue una vida atribulada pero con propósito y se sentía venezolano. Estuvo preso en panamá por intentar asesinar a Fidel y fue entre otras cosas, antes del año 1965 cuando el Ministerio del Interior de Venezuela le contrata, agente de la CIA, cuando George Bush padre era el director de la agencia.  

            Trabajando para Venezuela en la DIGEPOL, perteneció a los apóstoles de los “servicios especiales” y así los llamaban porque eran doce y rescataron al empresario de las latas, el tal Domínguez, que había sido secuestrado por Bandera Roja, una facción comunista de la guerrilla urbana e hicieron preso al murciglero Gabriel Puerta Aponte.

            Lo acusaron del derribo del avión de cubana de Aviación y él sabiéndose inocente acudió a los tribunales y lo declararon “No culpable”, pero no es sencillo ser enemigo de Fidel y se movieron las cuerdas y lo llevaron al tribunal militar y ¡sorpresa!, lo declararon “No culpable” y lo llevaron al consejo de guerra y ¡sorpresa! Desestimaron el caso y mientras tanto tenía nueve años preso en la cárcel de San Juan de los Morros e hizo lo que cualquiera, ¡al carajo! Y se escapó.

            Su vida es muy interesante y aquí en Miami se le venera cual héroe. Luis Posada lo logró, porque al final todo se sabe.

            Fidel ha muerto y hoy el mundo es más seguro y Posada también.

            De acuerdo a sus amigos, era uno bueno, era honesto y le gustaba la cacería y la cocina y se vino a Miami, donde era atendido como se debe.

            Aquí falleció, aquí le recordamos y tanto los cubanos como los venezolanos, agradecemos su sacrificio.

 

Bernardo Jurado es el autor de “La fragancia de la rebelión” y ocho libros más, todos a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.

 

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