LA MUDANZA DE LA PENA

LA MUDANZA DE LA PENA

            Y llegué con mi traje de profesor y cinco días de viaje, un maletín con los exámenes de mis alumnos y mucha incertidumbre.

 

            Ese traje traía polvo barquisimetano, aragüeño, carabobeño, coriano, porque por todas esas tierras pasé escondiéndome de la barbarie, preparando mi salida, pensando, poniendo todo el potencial de mi entrenamiento, tratando de que las emociones no intervinieran en las decisiones y los hijos de meretriz me perseguían por instrucciones de Chávez el malvado, el resentido, el destructor, el pirata berberisco, asaltante de la decencia y ahora hijo preferido del infortunio y la desolación, pero bien, todo bien, creo que estas cosas pasan para aprender porque al pasado solo debemos ir a buscar lecciones, no a revolcarnos en dolores y penas, porque la pena, con frecuencia se muda y allí voy: desnudo como duermo y como me gusta dormir, me levanté y me puse mi bata para preparar y llevarle a ella el “café con espumita” que ella asegura que no hay nadie en el planeta que lo haga mejor y por mi parte yo aseguro que es una de las mejores manipulaciones a las que me he sometido.

            -¿Viste que día es hoy?, me preguntó a quemarropa y yo pensé en que había fallado alguna de las fechas importantes como aniversarios, cumpleaños y mentalmente repasé todo y no conseguí nada.

            -Hoy es primero de Febrero y me siento orgullosa de ti, porque comprendo que no ha sido fácil, me dijo con amor.

            -Claro que ha sido fácil, contesté, tan fácil que lo agradezco, porque la pena se ha mudado y te lo explico mi amor: Hugo Chávez, jamás pudo comprobar la acusación de espionaje que me hizo. Me le pude escapar a él y a todo su aparato represor, no negocie mi integridad ni honor, él está muerto y yo no, el destruyó el país y yo he contribuido a que sea mejor, yo vivo feliz en Miami y sus seguidores son unos muertos de hambre que dan pena, porque ella, la pena se les instaló, porque además nada puede sostenerse en el tiempo si no es honesto y basado en principios y valores.

            A los venezolanos que aún le siguen al prepucio de reo de Nicolás Maduro, me temo que perdieron, me temo que por ignorancia me hicieron el mayor de lo favores y como cada primero de Febrero hago, pues voy a la iglesia rosario en mano a agradecer, a orar por ellos, a perdonar, a entender que con frecuencia en la vida lo que parece una maldición gitana es el prólogo de la novela encantadora.

            Hoy cumplo catorce años de haber llegado a estas tierras, catorce años de aventuras y buen vivir, porque de eso se trata, de vivir bien y mejor, de agradecer y sonreír. Hoy cumplo catorce años de prosperidad gracias a Chávez y sus lisonjeros que me hicieron ser resiliente, reinventarme y ver la vida con la óptica correcta, con la paz correcta, con la actitud, porque la pena se ha mudado de mi casa a la de ellos.

 

Bernardo Jurado es escritor y director ejecutivo del grupo editorial Jurado Publishing y además es feliz!!!!!