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Sunday, May 27, 2018

EXPRIMIENDO EL ÚLTIMO MINUTO


EXPRIMIENDO EL ÚLTIMO MINUTO

            ¿Y cuál ha sido la mejor época de tu vida?

            Podrían preguntarle a cualquiera de nosotros y si es realmente sincero, si conscientemente ha hecho el ejercicio de recordar los mejores, más intensos, más riesgosos, agotadores y divertidos momentos de una parte de su vida, contestaría sin un ápice de duda: mis cuatro años en la Escuela Naval, a lo que el interlocutor podría argüir con un dejo de desaliento: ¿me estás diciendo la verdad? ¿Fue realmente divertido que te levanten antes de la salida del sol y que novecientos hombres salgan a correr, cantando y gritando unos diez largos kilómetros antes de desayunar? ¿Crees divertido ir a clases, luego desfile al mediodía bajo el sol y la quemante temperatura de la Guaira, una hora para descansar donde nadie descansa después del almuerzo? ¿Estas realmente en tus cabales, estas equilibrado o tienes un severo problema con el gusto por las cosas buenas? ¿Es normal que te contentes cuando tienes natación los miércoles, porque así descansas mientras nadas dos mil metros?

            Fueron los mejores años, sin duda alguna y así piensan también aquellos que, por no poder aprobar los cinco análisis matemáticos, o los cinco circuitos eléctricos dados por aquel profesor de la Universidad Simón Bolívar, los sistemas automáticos de control que daba aquel Capitán de Fragata que era ingeniero nuclear y creía que todos los éramos,  corrosión, termodinámica, arquitectura naval, cinemática, mecánica, plantas navales, navegación estelar o cualquiera de las cinco guerras, derecho internacional marítimo, táctica, armamento o computación con aquel fósil de la informática llamado Fortran 4. Claro que había riesgo, cada día, cada examen, cada cigarrillo que fumaras a deshoras y en  sitios prohibidos podían costarte la amada carrera. Si, probablemente estábamos locos, pero como lo dijera Salvador Dalí, ¡nosotros lo sabíamos! y  además nos gustaba, era honorable y de paso, a las chicas las volvía locas ese uniforme.

            Salíamos los sábados después de la revista de armamento, porque nos asignaban a cada uno, un fusil FN-30 que creo pertenecieron a algún héroe de la independencia y debíamos tenerlo impecable, como nuevo, sin oxido y eso era toda una proeza, pero lo lográbamos y ya en los autobuses que nos llevarían a Caracas, el cansancio era tan abismal, que solamente poner las posaderas en las butacas, el sueño se hacía presente y llevaba el chofer, un cargamento de personas profundamente dormidas, si, ¡era una locura, pero nos encantaba!

            ¿Sabes qué?, ¡aprendimos a exprimir el último minuto!

            Creo que pudimos entrar unos trescientos cincuenta y nos graduamos poco menos de setenta. Era una hermandad que continua con los años, pero como cualquier grupo humano, cada quien anda con cada cual y algunos de ellos, traicionaron cual putas, su amor por la profesión, no obstante, no es culpa de la más bella carrera, es culpa de la ambición absurda, unida con la falta de hogar de algunos, cosa que la Armada no puede reparar, aunque sus métodos eran muy eficientes y cercanos al éxito.

            Algo que no he podido averiguar pasó en el ADN, pero no solo de la Armada, sino del país completo.

3 comments:

  1. Bernardo este escrito pienso nos traslada a todos los que tuvimos la dicha de pasar por la ENV a esos bellos momentos que definitivamente quedarán para siempre grabados en nuestra memoria.

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  2. Excelente reflexión cuando soñamos un país con justicia y equidad. Sin duda esos años marcan nuestras vidas por siempre y nos alegran el alma del alma mater

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  3. Querido Hermano, nuestra época nos permitió vivir con idéales, lamentablemente quienes torcieron el camino han pretendido en su momento desligarse del grupo , como si fueran agregados por antonomasia a la divinidad del cargo o del grado y así pretenden cambiar la historia que de cada uno conocemos, de cualquier manera sigo exprimiendo los recuerdos y con ellos la amistad y el cariño de quienes con el tiempo nos hemos permitido aceptarnos con sinceridad y humildad

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