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Wednesday, May 30, 2018

CEMENTERIOS BAJO LA LUNA


CEMENTERIOS BAJO LA LUNA

            Hijo, uno nunca sabe cuándo se va a ir, yo quiero que me compres un terreno en ese cementerio nuevo que acaban de construir hace poco.

            Yo no tenía la más tibia idea de que existía el cementerio de la Guairita, por cuanto estaba llegando de algún país, me temo que Brasil o Puerto Rico, realmente no lo recuerdo con certidumbre y además no importa, pero llegué a la oficina de mi Padre en Parque Cristal, a verlo, a visitarlo y de repente la secretaria le anuncia que estaba en la antesala la persona que vino con los documentos ¿y cuáles documentos son esos Papá?- son cuatro terrenos que voy a comprar en el Cementerio.

            Allí mismo hicimos negocio por dos parcelas a mi nombre que me costaron a crédito 16.000 Bs. de los viejos; y se las regalé a Mamá, de hecho allí se encuentran los cuerpos de mis dos abuelos, pero a lo que vamos. Como deben algunos sospechar, tengo viviendo en los Estados Unidos doce años y no puedo ir a Venezuela por haber sido acusado de traidor a la Patria, ¿les suena?, de manera que nunca he visitado esas tumbas, incluyendo la de mi amado Padre, pero me ha llegado primero un video y luego un audio, en el que mostraban las lápidas sin la placa normalmente de metal, en bronce infiero. Todas fueron hurtadas y ahora están sin identificar cientos de ellas entre las que tal vez se cuenten mis familiares.

            Ayer escribí un artículo titulado: “Vocación de rapiña” y no podía ser más justo y más certera la historia de la que hoy, a menos de veinticuatro horas, les manifiesto con horror.

            Ese país se ha vuelto medieval, rapaz, inhumano y nadie quiere vivir así, de ninguna manera, pero debemos comprender que Satán se ha apoderado de él, desde hace veinte largos años y hay personas que no conocen otra cosa que no sea la violencia, la pobreza de espíritu, la viveza y la estupidez, la vileza, la envidia y el resentimiento.

            Yo siento mucha lástima, por esa suerte de profanación que han sufrido los cadáveres de ciudadanos venezolanos fallecidos, ante la ausencia de la fuerza pública que a la vez aseguro que es impúdica. Es un país en menos cero, anulado y lleno de haitianos de tierra firme y cuando aseguro esto no estoy siendo peyorativo con ese pueblo al oeste de la Hispaniola como la llaman por aquí, no, de ninguna manera, pero sus índices de pobreza eran notables, porque los de Venezuela lo han superado.

            Me temo que el problema no es solo de la Guairita, es del territorio Nacional completo, que se ha convertido en un inmenso y doloroso cementerio, bajo la luna.

 

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