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Tuesday, July 18, 2017

EL SUSURRO DE LOS FANTASMAS


 
            Si, te lo dicen bajito, lo sientes cerca del oído. A veces es inaudible pero puedes sentir lo que tal vez sea su aliento. Los comunistas son los más capaces en escuchar los susurros de los fantasmas, aunque con frecuencia se hagan los sordos.

            En el estudio, allá en Méjico, había silencio. El escritor estudiaba el manuscrito del fastidioso aprendiz, que había simulado que su opinión era algo importante. Él en su escritorio sentado y el otro de pie a su lado. Pasadas algunas páginas el supuesto aprendiz sacó debajo de su chaqueta lo que bien podría ser una especie de pico de escalar en hielo y lo clavó en el cráneo del odiado escritor, al menos dos veces y Trotsky cayó mientras el muy cobarde huía, fue Ramón Mercader de quien les invito investiguen o mejor aún disfruten de una historia bien hilada y contada de la pluma de Leonardo Padura en su obra “El hombre que amaba a los perros”.

            Ya he escrito que nos hemos visto (Padura y yo) un par de veces, pero en la segunda oportunidad le pregunté: ¿es cierto lo de la relación sexual entre Trotsky y Frida Kahlo? y me contestó: absolutamente, yo tengo copias de las cartas originales.

            No es Lenin, ni Mao, ni tampoco Stalin ni el Che Guevara ni más recientemente Fidel Castro los fantasmas que susurran a los oídos, no y terminantemente no son ellos.

            La revolución bolchevique asesinó a más de setenta millones de personas, por decir lo menos y recuerdo al insigne locutor Armando Pérez Roura, la primera vez que me entrevistó en Radio Mambí 710 AM, que comenzó su programa diciendo los nombres de las personas que habían sido fusilados por la revolución cubana ese día y nombró a más de una docena de mártires.

            Ya los venezolanos tenemos a los nuestros, a nuestros muertos, a nuestros mártires y lamento que esto pareciera un requisito revolucionario, ¡el tener muertos!

                        

                         Esas personas muertas violentamente, muertas por haber cometido el delito de querer libertad, esas que se enfrentaron al monstruo que mató al mismísimo Trotsky, son los fantasmas que ahora mismo susurran al oído de Nicolás Maduro, son esos que le asustan, le incomodan, le importunan, porque no le dejan dormir bien, no se lo permiten.

                         Las revoluciones son tan absurdas, tan fuera de lugar, tan fanáticas, que terminan matando a sus más conspicuos adeptos y líderes o ¿es que acaso no han escuchado que Hugo Chávez vino muerto de la Habana?

                         Todo comunista tiene un pensamiento delincuencial, larvario y violador de la ley, por lo que ellos llaman su causa. Una causa sin alma, sin religión, sin creencia, excepto en la lenidad y en el reclamo de derechos que asumen se han ganado para holgazanear.

                         Los entiendo, el capitalismo no les gusta porque tienen que trabajar muy duro y de manera individual o el sistema los rechaza, los aborrece y excluye, mientras que en el comunismo todos están dentro de la olla de presión donde les cocinan la dignidad.

                         Presten atención que los fantasmas les están susurrando al oído.

www.juradogrupoeditorial.com




 

1 comment:

  1. Muy acertado. Y sin embargo, todavía tenemos que tolerar a quienes continuan con ese romanticismo del comunismo y el socialismo. Son amores de prostitutas....
    Con las consideraciones que ellas se merecen!

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