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Sunday, April 20, 2025

PARA MI COLEGA Y AMIGO, EL CN. BERNARDO JURADO

 

PARA MI COLEGA Y AMIGO, EL CN. BERNARDO JURADO

 

En 2019 mi aprendizaje literario dio un giro muy favorable, mi admirado colega y amigo Bernardo Jurado, me llamó para ofrecerme ser corrector de pruebas de su editorial.

Este fue el zarpe a un mar océano muy amplio en el cual mi novel velero enfiló su quilla dispuesta, aunque temeroso.



A lo largo de éstos 6 años he aprendido a seguir sus aguas, a navegar las procelosas olas de la ortotipografía y - al seguir su estela - una nueva habilidad surgió, la del "escritor fantasma" o ghostwriter.

Hace unos meses me habló de su más reciente obra y me "enganchó" al dejarme leer lo que, hasta ese momento había escrito. Lo consideré un privilegio inmerecido y confieso que me sentí orgulloso de su confesión y más aún de esa concesión y confianza inusitada, a mi juicio entonces, inmerecida.

Como sabrán, Bernardo es mi colega, hijo de nuestro superior, el CN Bernardo Jurado Toro, eximio escritor y poeta y maravilloso orador, de unos 58 libros publicados, libros de nuestra profesión y de literatura universal. Un personaje que ya está en la historia naval de Venezuela.

Pues bien, haciendo honor al dicho "lo que se hereda no se hurta", Bernardo Jr. no le perdió un trazo a su padre y no sólo ha emulado a Don Bernardo Sr., sino que en algún momento y lugar pudiera no superarlo sino hacerlo sentir más que alegre, como debe estar observándolo con genuino y justificado orgullo filial desde el cielo de los poetas.

El escrito que me envió, con el encargo de no corregirlo sino de leerlo, se transformó en un delicado como exigente compromiso moral autoimpuesto.

De inmediato me sumergí en sus letras, a ratos técnicas en un área conocida para ambos, como es la navegación de altura, a otros ratos poéticas, con su toque de fina sensualidad, en toda su trama con misterio, el de la vida de los navegantes del Caribe y sus trampas, con citas muy adecuadas de libros leídos por él, referidos en el punto exacto y con una precisión de relojero a cada momento de sus singladuras y así, entre mi envidia de verlo navegar en solitario en su velero Blue Book, me vi llevado por él de pasajero, por los mares de su fecunda imaginación transformadora de un evento real en una novela ficticia en la cual uno no logra precisar qué es lo real de lo imaginado. Todo ello en una prosa poética como la de su padre , con la cual coquetea con las mareas y las brisas del rosario insular de Las Bahamas, en su aventura de encontrar un tesoro de un navío antiguo, de cuando la ambición del navegante acudiera al llamado de la bulla aurífera de un dorado prometido, de aquellos ambiciosos piratas, filibusteros o corsarios que no se atrevieron a la valiente empresa originaria colombina , pero sí se arriesgaron a buscar su tajada del pastel caribeño cuando el descubrimiento del camino de las indias occidentales fue señalado por el grande almirante de la mar océano.

Como ya es mi costumbre y Bernardo generoso me reconoce como crítico literario, que no me considero, escribí una sinopsis de su obra, sin ninguna pretensión, sino admirado, una vez más, de la belleza de sus letras, de su ingenio.

Así fue como surgió su travesura de colocarme de prologuista de una obra tan magistral y bellamente escrita que hasta el que carga los bultos en Amazon.com puede sentirse orgulloso.

Gracias Bernardo por haberme incluido en tu obra y por favor, espero la invitación a compartir lo encontrado en latitud 27 y longitud solo conocida por ti y el audaz capitán del Blue Book.

 

CN Eddy Dario Barrios Orozco

Corrector de pruebas y ghostwriter de Jurado Grupo Editorial, Miami, USA.

 



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