LA ÚLTIMA TRINCHERA
Es el
conocimiento, definitivamente y se encuentra en los libros, a veces en Google,
pero no siempre.
Nunca
en la historia, las personas se sentían orgullosas de no leer, de ser iletrados,
brutos. La corriente pareciera algo propio de comicidad, el vivir sin pensar,
el vivir sin objetivo o al menos sin ningún objetivo de no sea ser famoso y estúpido,
porque ser famoso no es malo, si se es inteligente. Mario Vargas Llosa es
famoso e inteligente. Gabo también lo fue, Julio Iglesias, sin lugar a duda y así
podríamos llenar este espacio, pero a lo que vamos, que la última trinchera
donde nos podemos guarecer es en la inteligencia sin límites de una mente bien
alimentada de insumos que nos hagan sobrepasar lo que pareciera hoy día muy lógico
y paso a explicárselo mejor, mientras usted cae en conocimiento de que probablemente
ni se dio cuenta cuando le pasó frente a los ojos:
Comencemos
de atrás hacia adelante: para romper la barrera del sonido, algo normal en cualquier
espectáculo aéreo, se necesitó un avión de características poco normales, de
mucha fortaleza, además un motor de mucho empuje etc. No fue sino en 1947 que
se logró romper la barrera, de la mano del piloto norteamericano Chuck Yeager. No
hay dudas que es un límite de la mente y del hombre que ya hemos pasado
notablemente.
Algo
que pareciera mas fácil, con menos parafernalia y equipamiento es el romper la
marca de correr la milla en cuatro minutos: Los doctores y fisiatras
pronosticaban la muerte inminente del corredor por infarto, era un exceso
sobrenatural, pues bien, el 6 de mayo de 1954, siete años después de lo de la
barrera del sonido, el australiano John Landy, lo logró en un tiempo de 3
minutos 59 segundos. Los tres años siguientes, quince corredores mas lo
hicieron y bajaron los tiempos. No hay dudas que es un límite de la mente y del
hombre que ya hemos pasado notablemente.
Si entráramos
a una tienda de maletas, ¿usted compraría una que no tuviese ruedas?
La
rueda se inventó a finales del neolítico de acuerdo con las referencias, o sea,
pongámosles 4500 años antes de Cristo. La maleta se inventó por los egipcios
como unos 1500 años antes de Cristo y no fue hasta 1970 que Bernard Sadow le
puso ruedas a la maleta horizontal y fíjense que no tuvo mucho éxito. La
costumbre hacia que siguieran cargando los pesados equipajes, hasta que llegó
el piloto Robert Path y le puso ruedas de forma vertical, junto con un asa
plegable. No hay dudas que es un límite de la mente y del hombre que ya hemos
pasado notablemente.
La última
trinchera es el conocimiento y está en los libros, es la última reserva para
que tu cerebro trabaje más y mejor.
¿Compararías
un vehículo barato y por barato sin aire acondicionado, sin airbags para tu
seguridad, sin bluetooth para escuchar tu música desde tu teléfono inteligente?
¿Un carro sin vidrios eléctricos? Claro que no, porque tu mente ya no concibe
eso. La mente y el paracaídas se parecen, cuando se abre es hasta caer en el planeta
con seguridad.
La última
trinchera está en los libros.
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