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Thursday, September 14, 2023

ENEMISTADES FEROCES

 

ENEMISTADES FEROCES

            Con los años me he dado cuenta que no importa mucho hacerse de enemistades feroces para sostener algunas posiciones intransigentes de los otros y paso a explicarlo un poco mejor: cuando te consigues por ejemplo con un fanático, sea de la tendencia que sea, religioso, que son peligrosísimos, políticos que no lo son menos o simplemente fanáticos de la estupidez, aunque me temo que todo fanático es estúpido, pero cuando te consigues con alguno, puedes huir, eso sería lo más racional, alejarse a toda velocidad, pero él, el fanático, no te lo permitirá, de forma que deberás enfrentarlo, pero no como él quiere sino como tu inteligencia, tu sexto sentido, tu vocación, tu formación o tu criterio te lo indiquen y con eso pasarán dos cosas: la primera es que el fanático estúpido saldrá de su cuadro y la segunda cosa que pasará es que el estúpido fanático se convertirá ipsofacto, en una enemistad feroz.

           Si alguien en la vida del negocio literario al que me dedico con vocación e inspiración, sabe de enemistades feroces fue la muy importante e inigualable agente literaria Carmen Balcells, ¿ya saben quien es? si no es así, les ruego que no lean más y la busquen en Google, porque su vida cambiará desde el momento en que la conozcan, aunque ya ha fallecido.

            Carmen es un ejemplo para todas las letras de habla hispana, porque hacía cosas dignas de ser imitadas, por ejemplo: no había presidente que no se pusiera al teléfono ante una llamada de ella, manejaba el poder con pericia, porque las letras, la literatura y el conocimiento es poder. Poseía un olfato eximio para los buenos escritores que pudieran ser famosos y susceptibles de ganar el Nobel de Literatura y los fabricó, los llevó de su mano, los industrializó y probablemente si Mario Vargas Llosa leyera esto, estaría de acuerdo conmigo.

            Decía que Mario Vargas Llosa era el primero de la clase pero el Gabriel García Márquez era el genio, también tuvo en nómina a Isabel Allende, a Carlos Fuentes y muchos otros y llegó a decirle a Carlos Barral que él era el enemigo y que ella pelearía contra su dictadura en el mundo editorial y lo logró, pero era humana, llorona, de lágrima fácil y en esa dicotomía ella se crecía, entre la dictadura de la razón y la humana emoción.

            Cuando iba a discutir con algún editor de la vieja guardia, del viejo estilo de hacer libros, todos en aquella Barcelona que ella construyó, sentían angustias porque sabían que ese tiburón se los tragaría de un bocado ante el más pequeño atisbo de terror y ella olía la sangre, olía el miedo y luego les abrazaba y lloraba junto a ellos cuando ganaba ese jugoso contrato para sus escritores.

            Sí, Carmen Balcells un buen ejemplo que seguimos en Jurado Grupo Editorial, se granjeó enemistades feroces y contra mi voluntad, me temo que nos está pasando lo mismo, pero no dejaremos de defender los derechos de aquellos que hacen un mundo mejor, pero en negro sobre blanco.



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