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Tuesday, September 5, 2023

EL ASALTO A LA RAZÓN

 

EL ASALTO A LA RAZÓN

            Cualquier persona que defienda, como son con frecuencia marcados los casos en Latinoamérica, Iberoamérica y en este caso en los Estados Unidos, me temo que no sabe lo que hace. Ningún político merece ser defendido por nadie que no sea el sistema al que él se adhiere para hacerse del poder servir, miren que subrayo servir.



            He visto que dos amigos míos se han dejado de hablar porque uno en su legítimo derecho defiende las posiciones de María Corina Machado y el otro, en su legítimo derecho no y al que defiende a la candidata y confieso que sin mayor furor, simplemente es su punto de vista, a ese le he felicitado porque se ha quitado a un pendejo de la lista.

       Tengo a otro amigo que no es ciudadano americano y tiene una tirria, un odio visceral y una rabia contra Donald Trump, como si este le hubiese mentado su santa madre y Trump ni siquiera lo sabe.

            Unos militares retirados opinan sobre tal o cual, cosa que me parece muy bien, hasta que asumen sus opiniones como una santa cruzada, dispuestos a tomar hasta venganza como en la cruzada Albigense, a espada, cuchillos y kung fu. Eso es un asalto a la razón y creo que merece castigo o tal vez tratamiento psiquiátrico.

           Acaba de pasar que a un tonto de nombre Enrique Tarrio, le dictaron como pena por el asalto al Capitolio, precisamente en defensa de no sé qué pero en contra absoluta y evidente del hilo constitucional y democrático de los Estados Unidos, sí, le acaban de empujar veintidós años de prisión, porque el niño cuarentón, originario de Miami, consideró, que haciendo un acto de terrorismo junto a su grupo llamado ‘’Proud Boys’’, donde murieron cinco personas, pues, de esa manera, él defendía su posición política jugando al mercenario, será, me pregunto ¿Qué piensa con el procto?

            Aquí sus declaraciones no muy valientes: ‘’Levantándose para hablar antes de que se dictara la sentencia, Tarrio describió el 6 de enero como una “vergüenza nacional” y pidió disculpas a los agentes de policía que defendieron el Capitolio. Se le quebró la voz cuando expresó su remordimiento por haber defraudado a su familia y prometió que ya ha dejado la política. “No soy un fanático de la política. Hacer daño o cambiar los resultados de las elecciones no era mi objetivo”, afirmó Tarrio. “Por favor, tengan piedad de mí”, dijo, y añadió: “Les pido que no me quiten mis cuarenta y tantos años”.

            Tarde, un poco tarde Tarrio, porque los cinco muertos y el terror que ese grupo de pendejos hizo, pues aquí se pagan.

            Aquí una última perla de este oscuro episodio: “Tenemos que asegurarnos de que las consecuencias queden perfectamente claras para cualquiera que pueda estar descontento con los resultados de 2024, 2028, 2032 o cualquier elección futura durante todo el tiempo que se recuerde este caso”, dijo el fiscal Conor Mulroe. “Esto fue un acto calculado de terrorismo”.

            Sí, lo ocurrido fue un asalto a la razón y se ha hecho justicia.



 

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