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Thursday, March 16, 2023

EL CASILLERO DEL DIABLO

 

EL CASILLERO DEL DIABLO

 

            Debemos recordar que no había luz eléctrica, al menos de manera comercial, porque lindaba el año de 1883 y la bombilla se inventó formalmente luego de que Thomas Edison comprara la patente de Woodward y Evans, la adaptara con un filamento de bambú que duraba seiscientas horas, de forma que en el Chile del momento, es más, en la Europa del momento, las velas seguían siendo las que alumbraban la vida, porque aunque el inventor era británico de nacimiento, se nacionalizó americano.



            Melchor de Concha y Toro, creó un misterioso vino, resultado de la cosecha de un par de cepas traídas de sus viajes por Chile y anoche cenábamos con una botella de Casillero de Diablo y me pregunte: ¿porque ese nombre tan particular?

            Ya no es un vino exclusivo, ahora mismo para mis efectos es un buen vino de mesa, para una cena de jueves sin formalidades, pero no deja de tener lo suyo.

            A finales del siglo XVIII basado en la incultura rayana al analfabetismo, habían arraigadas varias prácticas que pongo de ejemplo: el miedo era uno de ellos, una fe llena de una esperanza infundada, donde todo era producto divino, las lluvias o las sequias, los terremotos o la disentería ¿qué importa? Y la más perniciosa de todas: la superstición.

            Don Melchor reservó sus mejores botellas dentro de una bodega especial y comenzó a notar como las botellas iban desapareciendo de a poco. Se supone que nadie tenía acceso a la bodega del temido Don Melchor y este,  más ilustrado, se hizo de una eficaz herramienta.

            Las luces de las velas y antorchas, alumbraban con tenebrosa sombra y movimiento las lúgubres bodegas y este, el Melchor, dejó correr en la muy blandengue psiquis del colectivo, el rumor de que en la bodega existían extraños eventos nocturnos que solo podían explicarse con la presencia del diablo, de satanás, del belcebú, del maligno.

 

            El rumor y su aliada, la imaginación de los lugareños, dieron paso a que cada sonido, cada sombra y forma, cada eco (y miren que en una bodega hay muchos ecos), permitieron que el rumor ascendiera un escalón hasta la categoría de leyenda y los ladronzuelos prefirieron estar sobrios antes de encontrarse al diablo.

            Seguí entonces en mi ejercicio filosófico y me pregunté: ¿Y que es un casillero? Y allí, seguidamente lo tienen:

“Mueble que consta de diversas filas de divisiones o partes huecas, sin cajones ni cierres, para tener clasificados documentos u objetos”

            Estimados lectores, después de esto, nuestro hábil protagonista, Don Melchor de Concha y Toro, le dio este particular nombre “Casillero del Diablo” a uno de los vinos chilenos más famosos del mundo y ya Doris y yo lo vemos, degustamos, olemos y acompañamos nuestras comidas, entendiendo que este vino del sur, posee la magia que el vino siempre trae, porque como lo dijera Galeano: “Todos somos mortales hasta el primer beso y la segunda copa de vino”

            Besaré a mi Doris en la segunda copa de vino Casillero del Diablo.

juradopublishing@yahoo.com

 

 

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