PATRIA,
PALUDISMO O DENGUE
Ya
los militares están asqueados de ser usados en tantas tonterías divorciadas de
sus verdaderas funciones. Recordaremos a García Carneiro, el General Gobernador
en aquella ya lejana época de Chávez, vendiendo pollos y otros comestibles en
los mercados de Catia La Mar, pero les informo que el método no estaba tan
equivocado, por cuanto hemos comprobado por más de una década, que la revolución
no paga por talentos sino por servicios.
Todo
a futuro, promesas y promesas, como si ellos ya no fueran el pasado, la cuarta
república, que de acuerdo a algunas encuestas que he visto la semana pasada,
mucho añoran y extrañan es la culpable de todo para esos que nada tienen que
ofrecer y podemos recordar al difunto saqueador de la decencia decir en cadena
de radio y televisión nacional, que si en el año 2013 había un solo niño de la
calle el entregaría el gobierno y los tontos le aplaudían y los pudimos ver y
llego el 2013 y ¿saben qué? De acuerdo a
mi criterio, ahora todos estamos en la calle.
Este
ocurrente título no es mío, le pertenece al Dr. Benjamín Rauseo, a quien
entrevisté en mi programa de radio aquí en Miami hace algunos años y también en
la televisión en el 2010, ocurrente y por ende inteligente. Este título recoge
de alguna forma lo que sucede en el país de la ineficiencia, la viveza y la tontería
histórica. Ayer conversaba con un alumno de vieja data a quien le decía que en cada
venezolano conseguimos a un historiador dispuesto a la lucha si fuera necesario
por defender sus argumentos y detalles en la batalla de Junín por ejemplo, como
si él hubiese estrado allí, todo en pasado, todo adornado con un lenguaje
propio del medioevo, todo insulso y sin objetivos y es que no podríamos ser de
otra manera, cuando un acto administrativo de nuestro empleado Nicolás Maduro
Moros, se transforma en una clase para demostrarnos que él no es tan bruto, ni
tan tonto, ni tan inculto, ni tan iletrado, ni tan ignorante y yo lo entiendo
porque ser Presidente sin pasado académico o pasado político, sin preparación y
llegar allí por la herencia, se deberían demostrar algunas capacidades antes de
que se den cuenta de que no se tiene ninguna.
Por
los momentos los militares dejan sentir sus incomodidades, no tienen por qué
creerme, pero está sucediendo, bajo ese secretismo a gritos que sabemos los
caracteriza, mientras en el país las endemias se han desatado como nunca antes,
los slogan ayudan a olvidar la pobreza y a afianzar la lucha de los tontos,
ayudan a la resistencia (¿no se contra qué?), ayudan a entender que el proceso
forma parte del pasado junto con aquella prosperidad, mientras los ciudadanos
mueren de causas impensables, como un zancudo que administre con más eficiencia
que Maduro el paludismo o el dengue, otrora erradicado de la ranchería en que
se ha convertido Venezuela.
Nicolás Maduro quiere que los militares, sobre todo los de alto rango, sean tan inteligentes y eficientes como él y como que lo está logrando. Lástima por los Oficiales Subalternos. Hecho en Socialismo.
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