LA FORMULA DE LA FELICIDAD

LA FORMULA DE LA FELICIDAD

En esta época de alta velocidad, de la información, de fugaces momentos producto de la prisa constante por hacer, mas no por vivir, queremos todo a la mano de inmediato. Una misa de domingo, rápida, concisa, que nos permita el pasaporte express al cielo, por haber cumplido rapidito, pero cumplimos, hicimos, gastamos el tiempo, el valioso tiempo en hacerlo.
Desde el oriente del planeta, nos llegan fórmulas express, diseñadas, por algunas inteligentes personas, no para que consigamos la felicidad, sino para complacernos y para que entendamos que no existe en el papel, sino en la mente. Y nos preguntamos entonces: Y donde queda la mente?
Nos han educado rapidito, diciéndonos que la mente está en el cerebro y resulta que no hay nada más alejado de la verdad, porque cada célula de nuestro cuerpo, cada quantum, posee dos características que son comunes y que a la vez están dispersas por todo nuestro soma: niveles de información (y estos si son diferentes en cada una y son usados por nosotros para cada cosa o función particular) y niveles de energía, que serán manejados de acuerdo a la salud que forjamos, porque somos lo que pensamos, lo que comemos, lo que vivimos y como lo vivimos, al final del día somos solo energía más información, lo que ocurre es que nuestra mente lo interpreta de acuerdo a nuestras creencias y valores, por ello lo que creemos material no es realmente físico, sino energía percibida por nuestro cerebro de una manera determinada.
Existen paradojas en los humanos, porque hay países que brindan a sus ciudadanos mucho bienestar físico, de infraestructura, de seguridad, de equilibrios presupuestarios y fiscales y esos ciudadanos no son felices y entonces que es lo que está pasando? La respuesta la conseguiremos fuera de esa estructura, pero dentro de nosotros.
El Presidente venezolano, posee todo lo que un humano escaso pudiese desear: poder a manos llenas, dinero inauditable y de dimensiones nunca pensadas, para gastarlo a su antojo, un país completo que ahora es su hacienda particular con más de dos millones trescientas mil hectáreas expropiadas y a su orden (aunque no sabemos para qué), pero deben detenerse en la palabra escaso, porque nos restriega los libros que supuestamente lee y todos sabemos que no lo hace, solo lee las contraportadas y su evidente incultura sigue igual. No está en capacidad de sostener una relación amorosa duradera, es iracundo, grosero, vulgar y me atrevería a decir que misógino, arbitrario y pendenciero.
Todos poseemos dentro, células que pudiesen ser cancerígenas en algún momento de nuestro mal vivir y dispararse sorpresivamente, porque ellas también poseen niveles de información y energía. Si los niveles de información son de odios, mas no de amor, si la energía posee polaridad negativa, mas nunca positiva, no podemos esperar resultados de salud y prosperidad, o es que acaso no se han percatado que donde Chávez mete sus narices, nada prospera?
La fórmula de la felicidad no existe, porque ella es un hecho en si misma, es una actitud que comunica a la vez a la mente, todo lo bueno, todo lo sano y próspero del ser humano.