¡Ucha Cumple
81 y Sigue Dando Guerra!"
Llegar
a los 81 años no es cualquier cosa. Es, sin duda, una cumbre, una hazaña de
vida, un privilegio que se celebra con alegría, memoria y mucho amor. Pero
cuando esa cifra la lleva con gracia una mujer como tú, entonces no estamos
hablando solamente de años, sino de una historia digna de celebrarse con
aplausos, abrazos y gratitud.
Hoy
quiero escribirte estas líneas como quien se sienta frente a una taza de café
con alguien que ha sido más que una tía: una presencia cálida, constante y
entrañable en nuestras vidas. Desde siempre fuiste esa figura luminosa y
simpática, con una risa que parecía despejar cualquier nube y una mirada que
sabía leer más allá de las palabras.
Recuerdo
tantas cosas... Tantas escenas pequeñas que al final, como piezas de
rompecabezas, arman la imagen de una mujer noble, fuerte, auténtica. Estuviste
al lado de mi querido tío Eduardo, ese hombre ejemplar que tanto marcó nuestras
vidas. Juntos fueron una pareja formidable, de esas que no solo caminan de la
mano, sino que también construyen, acompañan, enseñan con el ejemplo.
Pero
tú, Ucha, tenías luz propia. A lo largo de los años fuiste mucho más que la
esposa de Eduardo. Fuiste confidente, tía, amiga, consejera, y a veces hasta
cómplice de travesuras piadosas que solo una mujer con buen humor puede
permitirse. Porque si hay algo que te define es tu simpatía, esa capacidad de
encontrar el lado amable de la vida, incluso en medio del caos.
A
los 81 no se llega sin haber dejado huella. Y tú has dejado muchas: en cada
conversación, en cada historia que contaste, en cada gesto de cariño. Has sido
parte del tejido de nuestras memorias familiares, y eso es algo inmenso. Hay
personas que llenan un cuarto con su presencia; tú llenas corazones.
Hoy
quiero agradecerte por tu existencia, por tu carácter alegre, por tu forma de
abrazar la vida. Porque, aunque los años pasen, tú sigues teniendo esa chispa
que enciende sonrisas, ese algo que hace que uno se sienta cómodo a tu lado,
como en casa.
En
este cumpleaños no te deseo solamente años, te deseo vida. Vida con salud, con
risas, con paz, con esas pequeñas cosas que tú tan bien sabes valorar: una
buena conversación, un dulce recuerdo, una mirada cómplice. Te deseo también
que sigas rodeada del amor que mereces, porque si alguien ha sembrado cariño,
esa has sido tú.
Brindemos
por tus 81, por tu historia y por todo lo que aún está por venir. ¡Feliz
cumpleaños, Ucha querida! Que la vida siga sorprendiéndote bonito.
Con todo mi cariño.
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