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Thursday, August 27, 2020

El ÓXIDO DEL ALMA


El ÓXIDO DEL ALMA
            Y conspiraba, le dedicaba la vida a sus apetencias, además su inmenso ego crecía hasta el infinito, la cosa era de día y de noche, los adeptos pendejos y faltos de objetivos se adhirieron, la cosa era un secreto a voces, los generales sin posibilidades profesionales en la democracia se hicieron los locos, los coroneles también y todos fueron cómplices.
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            El protagonista de esta historia llegó a pensar que era el ungido de Dios, que sus funciones nacidas de sus resentimientos no eran tales porque leyó por allí que la voz del pueblo y que es la voz de Dios y todos los sin dientes le siguieron y otros con dientes también, porque el caldo de cultivo de la envidia estaba incubado desde hace tiempo.
            Los que estudiaron tienen mas que nosotros los humildes, llegó a decir, como si estudiar fuera malo y costoso en el país de la educación gratuita, como si ser humilde es sinónimo de pobre o con extremo derecho a pensar que el planeta les debe algo, como si ser humilde y además pobre les autoriza a violar la ley.
            Así fueron pasando los meses y solapadamente se fue colando hasta que delinquió y usó las armas del país contra el país y como todos los conectados con lo oscuro fallan, pues, él falló y los tontos, cobardes, desleales, pendejos que le siguieron también fallaron, porque el que anda con cojo, antes del año cojea y Fidel lo recibió en La Habana y su alma se iba al diablo, su suerte estaba signada por lo oscuro, la brujería, la muerte, la prestidigitación.
            Observen mis queridos lectores: se han dado cuenta de la vida y la muerte de ¿Eliecer Otaiza?.
            ¿Se han dado cuenta de la vida y la muerte de Robert Serra? ¿y la de Tascón o Lina Ninette Ron Perera, mejor conocida como Lina Ron? O William Lara, Clodosbaldo Russian, y podemos seguir exceptuando a José Vicente Rangel que me temo está momificado.
            Si no la cuidamos, sino la mantenemos, mimamos con momentos, placeres sencillos, amaneceres milagrosos, oración y conexión a lo bueno, si no la alimentamos con verdaderas ganas de servir, de ayudar, de prosperar, hacer buenos y honestos negocios, pues, esta, el alma, se va oxidando y más pronto que tarde terminamos siendo una suerte de ‘piccolo’ Hugo Chávez.
Bernardo Jurado es escritor, autor de nueve libros, todos a la venta en Amazon.


           

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