VOMITANDO A BARLOVENTO

VOMITANDO A BARLOVENTO

            Siempre estarás en nuestros corazones, dicen los incautos ignorantes frente al fallecido, sin entender que ellos estarán en ese sitio pronto y su corazón no trabajara por siempre como aseguran.

            No hay duda alguna que la edad es una gran ventaja, porque a  algunos nos permite centrarnos, por ejemplo: en la fiesta del domingo me preguntaron mi opinión sobre la marcha que se llevará a cabo el primero de Septiembre y como yo sé de qué se trata la vida, la cara que puso el caballero cuando le riposté que a esa reunión yo había llegado a joder y a beber y no a hablar de política fue una decepción que seguro me deseó la muerte para siempre estar en sus corazones, pero así es la cosa, no voy a enturbiar la fiesta por complacerle.

            En tres oportunidades tuve que llamar la atención para evitar el desvió hacia la melancolía en el restaurant donde celebrábamos el cumpleaños de mi colega, porque así somos, melancólicos y tristes o viceversa y yo logro no perder el objetivo, no hablo de tristezas, porque la gente no entiende que la psiquis no tiene buen humor y que enturbiaremos la diversión y como no vamos a durar lo que dicen el resto de las personas que harán que siempre estemos en sus corazones pues a beber, a reír, a joder.

            Los gobernantes venezolanos, que si saben bien de la muerte creen que no les alcanzará y dejan de vivir o viven en el odio pensando que pronto eso cambiará, yo les entiendo, pueden asegurarlo, porque eso solo lo hace un ignorante, la mala noticia es que la vida es como la fiesta prenombrada, si hablas de odios él te matará, si odias y envidias, te irá corroyendo de a poco, hasta que mueras en Cuba si es que acaso tienes el peso específico para que te manden gratis.

            El escritor francés La Bruyere escribió algo que ahora se los tiro en la cara: “No hay nada que los hombres amen más que la vida y, sin embrago, ¡como la desperdician!

            Déjenlos tranquilos que el que vive en el odio, la injuria y la envidia está afectado de los males que desea a la otra y es como tirar piedras a un techo de vidrio, es como escupir hacia arriba o ¡vomitar a barlovento!