GRACIAS
VIRGEN DEL VALLE
Lo
primero que se apagó fue el aire acondicionado, estábamos aquella madrugada
navegando entre Aruba y Venezuela a unas once millas de esta última. Perdimos
repentinamente generación eléctrica, es imposible físicamente que esto ocurra por
la cantidad de redundancias de equipos y sistemas que lleva un buque de guerra
de fabricación británica. Acto seguido, perdimos propulsión.
Como
es de esperar ya estábamos analizando las fugas de aire comprimido, los
sistemas de filtro de combustible, sistemas manuales de emergencia. Subí al
puente, realmente disgustado, quería asesinarlos a todos con mis propias manos,
la distancia entre mi buque y tierra se achicaba a cada minuto con esa
tenebrosa corriente que viene del Este y que al entrar a la tobera que obliga
esa geografía toma hasta tres nudos y medio de velocidad.
De
la sala de máquina me reportan más averías, las bombas de achique, que se
encontraban operativas al zarpar al igual que todos los demás sistemas, ahora
no funcionaban y mandé a preparar el ancla para lanzarla a la mar con toda
cadena antes de tocar tierra, los platos que se estrellaban y rompían con la
escora de mi buque a la merced de la mar, los podía escuchar en el sobre puente
y allí luego de los veinte minutos más largos de mi vida, ordené que me dejarán
solo, para debatirme en el suicidio que implica para un Comandante hundirse con
su buque y en aquella noche, la fe se diluía en la mar y acudí a la Virgen del
Valle, para reclamarle airadamente, le ordené con la retrechería del que sabe
que probablemente va a morir, que no permitiera que ninguno de mis muchachos se
ahogara, ¡estaba realmente disgustado! ¡Tendrían que abandonar el buque!
A
estribor, en el silencio de la soledad comencé a escuchar plop, plop, plop, era
el sonido del diésel propulsor que encendió, luego el de babor, llamé a la sala
de máquinas y Rubén me pidió que le diera unos minutos y comenzamos a propulsar
en mínimo, ¡tenia gobierno!, luego la luz eléctrica, luego el aire
acondicionado las bombas de achique. Rubén, el jefe de máquinas, subió al sobre
puente y tan solo le vi, ya mi disgusto había pasado a euforia.
Cuéntame
Rubén, explícame físicamente que pasó, quiero números, quiero una respuesta fáctica.
Rubén:
si Usted lo desea puede matarme, puede tirarme al mar, pero le informo que el
marcador estaba en cero de aire comprimido ya no sabíamos que hacer y algo me
indujo a levantar la palanca de encendido y así fue como pasó, mi Comandante ¡esto
es un milagro! Ese motor no puede prender de esa manera y luego todos los
equipos comenzaron a entrar al cuadro como si nada pasara.
El
15 de Agosto es el día de la verdad revelada por Dios que la inmaculada Madre
de Dios, María al terminar el curso de su vida, fue llevada al cielo, este es
el dogma de la Asunción de la Santísima Virgen y ¿saben qué? Tienen la opción de
no creer, pero lo relatado es absolutamente cierto, ¡fue un milagro en la mar!
Dice el dicho que Dios aprieta pero no ahorca. Nos pone pruebas para valorar nuestra fe y esta no te abandono. BZ
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