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Monday, January 13, 2014

CAMUFLAJE DEL RETROCESO

El Mayor de la Fuerza Aérea, me llamó para contratarme como profesor de la Escuela de Aviación Militar y yo le indiqué mis honorarios, que sobrepasaban los estipulados por la Escuela. Era el año 2006 y yo no estaba interesado en dar clases a ningún militar, luego de mi retiro de las Fuerzas Armadas. Mi tiempo era corto y ya daba clases en cinco universidades diferentes y no podía darme el lujo de regalar el tiempo que no tenía, para no ganar dinero, de manera que fuí honesto conmigo y con ellos, pero ¡oh sorpresa!, ¡me contrataron! El primer día aparecieron mis alumnos con su uniforme azul y sus ojos de expectación. Allí, estaban hijos de mis compañeros de armas que habían seguido la carrera, otros llenos de las mismas ilusiones, veinteañeros inmaduros, pero estudiosos y disciplinados, porque la única palabra que en el diccionario está antes del éxito es la disciplina. El segundo día sus ojos eran de esperanza y su uniforme azul se veía aún mejor. El tercer día había admiración, esperanza, expectación y amistad, anécdotas que procuraban el proceso neurolinguístico y la confianza por un futuro mejor en el que yo mismo no creía, pero el cuarto día…. ¡qué lástima ¡, el cuarto día llegaron de uniforme verde castrista, porque el Comandante difunto lo había ordenado y ningún General le informó del orgullo de su uniforme, ninguno le informó, del sentido de pertenencia a la Fuerza Aérea, porque le temían y el miedo a perder su cargo les paralizaba. Recibí el protocolar parte y comencé a preguntar ¿Qué era un megapíxel?. Por allá atrás alguno me dijo que lo había escuchado en las cámaras fotográficas, para la resolución. Otro me dijo que tenía que ver con los colores de las fotografías y los más, no quisieron opinar, porque presentían mi trampa. Con actitud grave, les dije que un Leutenant Commander del US Marine Corps, en un laptop, acompañado de su inteligencia y basado en la teoría de los megapixels, solamente solicitaba, el nombre del escenario donde sería la guerra, por ejemplo, selva tropical húmeda, pedía una foto satélite del teatro de operaciones y ajustaba la intensidad del color y luego hacía otra pregunta: ¿Cuántos soldados irán a este combate? Y ahora mis queridos alumnos imaginen una inmensa impresora conectada al laptop, a la que se le ordenaba imprimir 36.478 uniformes con el camuflaje basado en los pixeles, para los soldados que harían el asalto y es que esto no tiene nada que ver con la materia…sus ojos les delataban, sus actitudes les hacían aún mas interesados…pero mis hijos, lo que sucede es que hoy han venido con uniforme totalmente verde y he llegado a la conclusión, de que han retrocedido al menos setenta largos años en la técnica y el arte del camuflaje. Fue la última vez que los ví y ese 26 de Enero del 2006, fuí acusado de “espía del imperialismo Yanqui y traidor a la Patria”. Ellos se quedaron sin la verdad y yo me quedé sin alumnos.

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