En los años de oficial joven y con ciertas inquietudes intelectuales, pasaban por nuestras manos y traídos por nuestros superiores y mejores amigos, libros que hicieron de nuestra manera de pensar, militares diferentes y de mentes abiertas. Era la época de la tecnología más avanzada en términos navales y competitivos a nivel mundial, materia que nos hacía orgullosos de pertenecer a una fuerza de combate equiparada en plataformas y conocimientos con países desarrollados.
Era una mañana y el maestro me llamó para prestarme y exigirme la devolución una vez leído con fragor, el libro de Norman E. Dixon, ese tratado psicológico de las incompetencias profesionales mas famosas y costosas de los mas importantes militares de todos los tiempos y esta mañana pensaba que estos individuos retrasados mental, intelectual y organizacionalmente, como lo son los militares venezolanos de hoy, o sea, ¡militares revolucionarios!, no pueden darse el lujo de discutir como profesionales con sus subalternos y buscar hacer bien su trabajo, el cual es inspirar, instruir, permitir la disidencia respetuosa e insisto en esta palabra ¡profesional!, claro que no lo pueden permitir, porque en cada página de ese libro que leí en aquellos años ochentas y que de nuevo he terminado en la madrugada, me he conseguido en cada oración, cada párrafo y cita, a uno de ellos…!Dios libre a Venezuela, de entrar en una locura bélica como la desastrosa llevada por Galtieri en Argentina en ese siempre presente 2 de Abril de 1982, cuando invadió a las Malvinas y logró su objetivo político uniendo al país en esa suerte de sacrificio religioso colectivo!
Déjenme saber si les parece conocido esta cita del libro “Sobre la psicología de la incompetencia militar”: “Los aparentes fallos intelectuales de algunos jefes militares, no se deben a su falta de inteligencia, sino a sus sentimientos. La disonancia cognoscitiva, la pontificación, la negación, el asumir riesgos y el anti-intelectualismo, tienen que ver en realidad, no tanto con la inteligencia, como con las emociones”….”Las personas más sensibles al fracaso de una decisión, serán las que más errores cometan. Y al revés, los individuos menos ansiosos, actuarán más racionalmente, porque serán capaces de dedicar mayor atención a las realidades a las que se ven enfrentados”.
No hablemos del difunto Chávez, quien se retrata en cada línea de lo predicho. Invito a que observemos a esta suerte de viudas, que siempre vivieron del marido que ahora falleció y no saben cómo cobrar la pensión y la supervivencia, más la naturaleza humana, ordena que hasta por la violencia deben conseguir ese sustento de mantenerse al menos en las filas de lo que queda como desecho de un proyecto inviable….las emociones mandan y Nicolás no puede entender de ello, porque adolece, de inteligencia, formación y creo que es Cilia, ¡la Doctora Cilia!, la que mal maneja sus emociones.
En cada momento se sueltan los diablos, a cada momento observamos su incapacidad para contenerlos, pero espero que en próximos escritos, podamos tener el aplomo de disectar el verdadero motivo que llevará a la misma tumba de Chávez a esta locura inepta.
Libro de lectura obligada durante nuestros dias en alta mar tratando de entender como comandantes y almirantes tomaban decisiones "canibales" para mantener la "operatividad". Junto al "Hombre Mediocre" de Jose Ingenieros pudimos evaluar a aquellos que nos "liderizaban".
ReplyDeleteGracias por su comentario ...mi querido maestro....ciertamente eran libros de lectura obligada....abrazos
ReplyDeleteMe tropecé con ese libro cuando cursé el XL Curso de Comando y Estado Mayor Naval (no sabíamos que sería el último curso dictado por la extinta y gloriosa Escuela Superior de Guerra Naval). Recuerdo que uno de los oficiales de planta de la ESGN cuando vio ese libro en mi escritorio, me dijo que tuviese cuidado con quien comentaba su contenido (... que bolas...). Lo interesante de su lectura es que en cada capitulo veia retratado a algunos de los jefes militares que había tenido, y cada vez que avanzaba en sus capítulos veia a otros, y a otros mas. Tuve el temor de verme auto retratado en los capítulos siguientes, pero me di cuenta que al mantenerme inmerso en su lectura, cada vez estaba mas lejos de verme retratado, sobre todo cuando lei que uno de los aludidos en el libro afirmó que el único libro que había leído era El Conde de Montecristo y lo había dejado a la mitad por encontrarlo aburrido... Otra de las cosas que me llamó la atención fue que el ejército cayó en sus peores momentos cuando le dedicaban más tiempo a desfiles y diseños de condecoraciones y de vistosos uniformes en lugar de dedicarse al adiestramiento y al estudio (como dice el Capitán de Fragata Federico Pohl Constanti: mutatis mutandi)
ReplyDeleteEl libro reposa en mi biblioteca, junto a otros dos o tres mas que tocan el mismo tema.
El arte y ciencia militar, es lo más exigente y delicado del mundo. Requiere la dedicación a cuerpo y alma de aquel que los ejerce. ¡Qué poco tiempo se tiene en un CIC o en la cabina de un avión de combate a dedicarse a cosas fuera de la misma misión militar! Creo que aquí entra la vocación para dictar la excelencia en la persecusión del éxito en la misión, preservando al máximo al personal o a la ambición de poder por el poder mismo.
ReplyDeleteEn estas fechas religiosas me permitiré hacer una analogía, a pesar de ser un recurso de muy poco valor en el mundo militar: el pensamiento inductivo táctico y el pensamiento deductivo estrategico. Los burros son a los caballos lo que los militaristas son a los militares y son como los falsos profetas, muy fáciles de reconocer, ya que sus obras los delatan.
La hermandad especial, la camaradería de salir de una tormenta juntos, codo a codo, plano a plano crea hermandades en la virtud y esas hermandades transcienden la muerte. Debo acusarme de haber proferido slogans con otros pilotos de caza de la escula francesa Faire face!!!!
y el mejor: ¡¡¡¡¡¡¡Vive la chasse!!!! Burdelll!!!!!! Esos me gustan aún más que los que cada rato berrinchan ahora. Ese libro no debe faltar a ningún cadete, quien lo debería conservar para reanalizar continuamente.
La entrada de hoy la escribio un gran venezolano y un gran lobo de mar. Todavia le queda mucho salitre y amor del verdadero, a Venezuela. Excelente conminación al bien y la virtud.
Cuán acertados los comentarios y bien sustentados. La competencia militar se ha transformado en un oximoron; tanto como el de Inteligencia militar.
ReplyDeletePara dedicarse a actividad tan delicada como la guerra se debe estar muy equilibrado sicológicamente y ademas se debe ser inteligente.de otra firma es solo barbarie...arrechera pura y simple. Haciendo una forzada analogía popular, muy boxistica:"Quien se arrecha pierde"
La guerra, como la venganza, son platos que se comen fríos. La reflexión , la racionalidad y la serenidad son indispensables.
El cerebro limito debe ceder paso a la neocorteza, que para eso evolucionamos del animal primitivo al ser racional. Del mito al teorema comprobado con rigor científico. De la emoción o rutina propia de la supervivencia animal al pensamiento reflexivo y elaborado . Del cerebro simple al cerebro triuno.
invité mis los a leer a David Gol e man y a usar su inteligencia ya no regalarnos la euforia de su incapacidad.
Cerebro límbico quise decir.
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