LA DESDICHADA CECILIA VALDÉS, CON “V”
DE VENEZUELA
Yo no escuchaba una
radionovela desde que tía Yaya, lo hacía, en aquellos años de mi primera
infancia, recién llegados de Inglaterra y pensé que ya era cosa del pasado
aquellas encumbradas historias de amor y dolor, pero resulta que mi amigo Arquímedes
Rivero Jr. quien se ha encargado de la industria del fonolibro, me ha regalado
esa cuasi épica novela en audiolibro que me cautivó desde el primer momento.
Esta mañana le dije que no sabía si agradecérselo o no, porque mi memoria me
llevó por lo leído, a esa bella época de finales del siglo XIX, donde la lucha
de clases era notoria, oprobiosa, degradante.
Creo que es la más
famosa novela cubana, escrita a la vez por ese talento llamado Cirilo
Villaverde quien vivió entre 1812 y 1894, para vivir por siempre desde su
escrito y creo que guardando las inmensas distancias a favor de Villaverde, yo
hago lo mismo.
A estas horas de la
noche, después de tanto escribir y borrar lo escribido, como bien lo dijera la
abuela de Cecilia Valdés, he prendido mi televisor para ver a Ismael Cala,
eximio presentador del canal CNN en español y estaba entrevistando a nada mas y
nada menos que a Ángel del Cerro, escritor cubano-venezolano de telenovelas,
quien a sus ochenta y tres años de edad, se encuentra invertido en un nuevo
proyecto de escritura y subí el volumen y me vi allí, escribiendo a avanzada
edad y disfrutando de mis fantasmas y de mis miedos.
La primera versión
apareció en 1882 y fue un éxito y lo continúa siendo, porque ese mágico acomodo
de las letras, es una ecuación perfecta para que el talento, se tropiece en una
acera con la oportunidad.
A casi todos los hijos
ilegítimos, le acuñaban el Valdés con V de Venezuela. Ella era mulata, buena
moza, altanera y sensual y como un secreto a voces era la hija del viejo De
Gamboa, millonario que preñó a la mamá de Cecilia, quien murió en el parto.
Su hijo, la vió en la
plaza, la increpó y ella lo tildó de caballerete.
Se amaron siendo
hermanos, en esa pieza comprada para ella, no como una cualquiera, sino como mujer
reconocida, pero su Padre tenía otros planes que le comprometieron con otra.
Ella se embarazó y Franklin Virguéz hace la voz del clarinetista enamorado que
asesina al caballerete mentiroso.
Creo que a Venezuela la
quieren unos pocos y esta historia está invertida, porque el mulato es el que
manda, tiene dinero y es engañoso, fue abandonado y la democracia le dió la
oportunidad de poder ser alguien, pero su naturaleza no da para mas y atacó a
la democracia, con las armas que ella le dió para que la defendiera, es como el
alacrán.
Cecilia Valdés, fue
engañada, arruinada y luego salvada por la muerte del caballerete. Venezuela también
lo ha sido y también la muerte del Zambo la salvará del hambre de historias lindas
que todos queremos para azucarar lo que queda de país.
como siempre.... envuelves con tus escritos de una manera muy especial! Bravo!
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