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Tuesday, March 12, 2024

EL TRIÁNGULO DEL ÉXITO DE CARNEGIE

 

EL TRIÁNGULO DEL ÉXITO DE CARNEGIE

            Con aplastante evidencia, el triángulo de Carnegie es una referencia importante, pero solo eso, una referencia propia de ser tomada en cuenta, porque el éxito no puede tener una fórmula desde el momento en que lo que el éxito signifique para mí, no significa lo mismo para usted, de forma que las referidas fórmulas no pueden ser iguales para ser un gran vendedor de autos en Chicago o para ser un misionero católico en Burundi.

    Aunque poseen el mismo apellido, debemos diferenciar al magnate multimillonario Andrew Carnegie del escritor motivador y orador, autor del triángulo al que nos referimos de nombre Dale Carnegie.

            Este último, posee frases que les regalo antes de entrar en la materia:

    “Las acciones hablan mucho más alto que las palabras y de entre todas la más poderosa es una sonrisa sincera.”

       “Recuerda que la felicidad no depende de quién eres o de lo que tienes; depende únicamente de lo que piensas”.

                  “La gente rara vez tiene éxito si no se divierte con lo que hace”.

                “No es lo que tienes, ni quién eres, ni dónde estás, ni lo que estás haciendo lo que te hace feliz o infeliz. Es lo que piensas”.

            Basado en esos asertos, entremos en materia porque una de las aristas del triángulo es la ‘’habilidad’’, que no requiere de mayores aclaratorias cuando entendemos que son esas funciones, labores y oficios que se te dan de manera orgánica, fácil y divertida, la otra arista está compuesta por el ‘’conocimiento’’, sobre todo el conocimiento especializado y la tercera pero no menos importante es tu ‘’actitud’’, pero no cualquier actitud, sino la positiva, para abordar tus proyectos, ese es el secreto que no es tal, porque ya tu lo sabías, solo debes internalizarlo y buscar las respuestas a tus objetivos como un científico.

                 Yo agrego que luego de lo anterior, tomes una acción masiva y cuando las cosas no salgan como tú lo deseas y estés tentado a abandonarlo todo, en ese preciso momento vuelve a intentarlo y verás la magia de la voluntad, de la fe y de la disciplina conjugadas a tu favor.

                    Para sorpresa mía, hay otro triángulo de Carnegie y allí te va:

Disciplina: La disciplina es la capacidad de mantenernos enfocados en nuestros objetivos a pesar de las distracciones y obstáculos. Implica establecer hábitos consistentes, seguir un plan y mantenernos comprometidos con nuestras metas.

Propósito: El propósito se refiere a tener una visión clara de lo que queremos lograr. Es fundamental comprender por qué estamos persiguiendo ciertos objetivos y cómo se alinean con nuestros valores personales y aspiraciones.

Integridad: La integridad es la base de la confianza y la autenticidad. Significa actuar de acuerdo con nuestros principios y valores, incluso cuando nadie nos está observando. La integridad nos ayuda a mantener relaciones sólidas y a construir una reputación positiva.

            Solo tú, tienes el poder de cambiar tu realidad y te sugiero que no olvides la templanza de carácter.

www.juradogrupoeditorial.com




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