LA MERCANCÍA MAS BARATA DEL MUNDO
Yo
creo que deberías haber hecho esto, porque te hubieses visto mejor y más
profesional.
Tu
libro me gustó y aunque yo nunca he escrito uno, como lector te digo que le
faltó como más piel, le faltó un poco de morbo y más diálogos.
¿Y tu
piensas hacer una editorial, ¿te diste cuenta, tan solo por un momento que o
quienes manejan ese mundo? ¿es que te volviste loco o tienes vocación de
pobreza, porque vas a quebrar?
Esa
novia tuya no me gusta.
Me
gusta tu carro, pero en otro color.
Y así
mis queridos lectores podríamos seguir llenando folios de opiniones que no le
son ajenas a ninguno de ustedes, por dos razones a saber: la primera es porque
todos sin excepción han sido víctimas de la mercancía mas barata, la cual es
una opinión que nadie ha pedido que viene de una persona que hace menos que tu y
la segunda es que con frecuencia somos nosotros los que damos una opinión sin
que nadie la haya solicitado.
Cuando
eres escritor, pasas a ser respetuoso y eres cuidadoso en dar una opinión de
alguna obra que no te gusta, porque sabemos bien cuanto cuesta hacer un libro y
sabemos bien, que no es tu gusto, el referente mundial del acierto, de manera
que no doy opiniones a menos que esta sea positiva o que me paguen porque
consideran que sea importante.
En su
obra ‘’Piense y hágase rico’’ de Napoleón Hill, recomienda no hacer caso de las
opiniones sobre todo de familiares y amigos, que, asumiendo buena intención,
castran iniciativas en las mentes y como suelo hacer, aquí les traigo un regalo
de Daniel Goleman: “No permitas que el ruido de las opiniones ajenas
silencie tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje de hacer
lo que te dicten tu corazón y tu intuición. De algún modo, ya sabes aquello en
lo que realmente quieres convertirte.”
Cuando
mi hijo menor, con quien hablo a diario, me informa que hará tal o cual cosa,
que abordará tal o cual empresa, sin que me importe, sin que me guste, le
felicito y le aúpo a continuar, porque no seré yo quien le corte las alas, pero
en caso de que suceda, tendré la pala y la escoba lista para recoger los
vidrios del error, no sin antes meditar juntos en el aprendizaje.
Miren
lo que dice Bernardo Stamateas al respecto de las opiniones: “Desprecia la
opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una
de sus palabras y de sus acciones. No idealices. No esperes nada de nadie.”
Esa pendejería, esa falsa
humildad de que me encantan las críticas constructivas no va conmigo, porque
siempre lo primero que hago es preguntarme sobre el trabajo del criticón: si
hace mas que yo, la acepto con gusto, pero sino, lo dejo en azul.
Si,
mis queridos, las opiniones son como los ombligos, todos tienen uno, por eso
son la mercancía más barata del mundo.
juradopublishing@yahoo.com
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