EL COMANDANTE

EL COMANDANTE

            Como si fuera un castigo, me llega esta reciente serie bien hecha, impecablemente llevada a cabo, cuyo actor principal, el mismo brillante que interpretó magistralmente a Pablo Escobar, hace el papel de Hugo Chávez Frías.

            Creo en mis adentros, que ambos personajes se parecen, Pablo y Hugo, ambos fueron pillos tramposos y desleales, ambos siniestros. Se los explico un poco mejor: cuando un Teniente del Ejército se encuentra desde tan temprana edad en la carrera, conspirando, no tengo dudas de que es culpa de sus jefes. Cuando un Capitán del Ejército es mandado a la Academia Militar donde su influencia conspirativa es aún mayor, ya no tengo dudas de que sus jefes son cómplices y cabrones de la falta. Cuando a un Mayor del Ejército se le da mando de tropas teniendo el mando superior evidencias de sus reuniones con guerrilleros, comunistas y por ende bandidos, no nos queda otra que pensar que es el Ejército completo el del problema y además debemos asumir que no trabajan mucho para tener el tiempo de conspirar.

            Se los explico un tanto mejor: me comentaba el Coronel que me leía, (cosa que me honra sobremanera), me preguntó si yo conocía a fulano de tal, al General Mengano o al Coronel fulano y a ninguno conocía por cuanto yo soy un oficial de la Armada de verdad y en el mar no hay mucho tiempo de cordializar con los colegas de las otras fuerzas. Quiero aclarar que siendo yo el sobrino de dos Ministros de la Defensa de la Democracia y de dos Comandantes Generales de la Fuerza, tan solo fui en comisión del servicio dos veces al tal Ministerio del que aseguro no lo conozco bien, lo que si conozco muy bien son las fragatas misilísticas, el Comando de la Escuadra, los patrulleros costeros y los transportes en donde pasé dieciséis largos años de mi vida profesional, la Escuela Superior de Guerra Naval, la Aviación Naval y los ocho cortos meses en la Comandancia General como jefe de telecomunicaciones de la Armada.

            Hecha la anterior aclaratoria, deduzco que el tal cabeza caliente, Hugo Rafael, era apoyado por al menos una buena parte de sus jefes, que siendo igualmente cabezas calientes, no tenían la densidad testicular del arrojado y loco improvisado Comandante y por ello, en secreto, le apoyaban y cabroneaban sus cercanías con el comunismo.

                        Ningún Teniente Coronel puede hacer lo que hizo este infeliz sin apoyo del generalato o parte de él, alzarse contra la democracia que le educó y a la cual el juró lealtad hasta perder su vida por la Patria.

El discurso en el país de los “descontentos con cualquier cosa”, siempre cala, creo que esa habladera de pendejadas es heredada de la Madre Patria España, pero más allá de eso, su lógica parecía aceptada, la lucha por los pobres, contra la corrupción agobiante y febril, la desigualdad y resulta mi querido lector, que no podemos esperar de un perfecto ignorante e improvisado como Chávez que pueda tener éxito apostando y poniendo todos los huevos en la misma canasta en una democracia imperfecta y complaciente con el delincuente.

¡Así son las cosas en este paisito que nos tocó vivir!

Creo que debemos auditar al Ejército y por supuesto a la Infantería de Marina, ambos cuerpos, históricamente han estado en todas las fiestas revolucionarias.