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Tuesday, March 25, 2014

EL DEPORTE DEL DESPRESTIGIO

    Para ser honesto, no recuerdo en qué pasaje escrito por Mario Vargas Llosa, leí sobre los deportes latinoamericanos más comunes, los cuales son: conseguir parecidos a los recién nacidos con los más icónicos familiares, cuando nadie que haya salido de un parto, que haya salido de un maltrato tal, con la cabeza la mayor de las veces deforme, hinchado y en un nuevo mundo nada acuoso, sin cabello o con mucho cabello, descolorido o rojizo…. ¡como Uds. quieran! pero al fin y al cabo traumado por la manipulación severa de poder salir al mundo por un orificio más pequeño que la cabeza del neonato, ¡pueda parecerse a nadie!, ¡pero es que a nadie!, pero siempre estará la tía solterona y ridícula que conseguirá el lóbulo de la oreja ¡igualito! al del abuelo o in extremis, el mismo color de ojos de su hijo, cuando este nació hace cuarenta y dos años y el bebé aún no ha abierto los ojos. Eso en primer lugar, pero en segunda instancia, el otro deporte de acuerdo al escritor ganador del premio nobel, es hacer los mandados y llevar y traer toda clase de cosas cuando viajamos y lo mismo un recipiente con la sopa de pescado que al familiar tanto le gusta, que queso blanco llanero envuelto en papel de aluminio, hallacas en diciembre o peor aún, mañoco para aquellos de Ciudad Bolívar (mañoco: una suerte de casabe rallado). He conseguido un tercer deporte a la lista prenombrada y comprobada por cada uno de los lectores, me refiero al desprestigio venezolano, por cuanto basta que el líder de la oposición Henrique Capriles Radonski, no haga lo que a nuestro criterio debería hacer para salvar a la Patria y ya es un cobarde, pusilánime, estúpido incapaz, cuando hace unos pocos meses era el héroe del desprestigiador.     Basta con que una decisión cualquiera en la organización donde trabajamos, no nos favorezca y se van con la bajeza más rastrera a la crítica personal del gerente o jefe que indefectiblemente debía tomar por beneficio de la organización toda. De manera que es muy fácil para cualquier venezolano postmoderno, la práctica de matar erizos con los escrotos de otro, asumiendo que siempre tenemos la razón y que los equivocados, poco pensantes, brutos y miedosos son los otros, aquellos que están en la palestra pública luchando por los ideales grupales, frente a un enemigo nada fácil y más tramposo que el propio diablo. Invito a mis lectores a no perder la cordura en tiempos de severa crisis, por cuanto es en ella (la crisis) donde ganan los que mantienen la calma y no se desgastan en la crítica al propio, cuando el enemigo posee toda una inacabable pléyade de novedades en su conducta y su actuar. 
    Como yo no soy tan valiente como Capriles, he decidido guardar silencio y hasta he arriesgado mucho menos que él, de manera que no poseo la moral suficiente para argüir ningún calificativo negativo, por el contrario hizo un excelente papel hasta que el movimiento estudiantil le sobrepasó y ahora son ellos los protagonistas, asunto que ni le quita ni le pone, cuando el objetivo es común y con la misma visión de país.

2 comments:

  1. Me ha gustado tu blog te mando un abrazo

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  2. Gracias querido compatriota por poner tu granito de arena y hacernos pensar con la cabeza.

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