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Thursday, December 19, 2013

GASTROSCOPIA DEL 2013

Al cumplir cinco décadas comenzamos a buscar en una suerte de sentirnos sanos, enfermedades que la estadística nos dice que podemos tener y allí entran a jugar los médicos. Nos revisan hasta las más íntimas protuberancias, apéndices y hoyos corporales que por la postmodernidad hacemos caso omiso a aquello de la hombría y nos atacan con sus dedos infames y hacen tactos rectales y no conformes con ello nos insertan tubos con cámaras a manera de que quede evidencia fílmica de lo maltrecho y de la violación y la ley no les pecha el abuso, muy por el contrario, nuestros seguros médicos, nos exigen, so pena de perder nuestro dinero, que debemos someternos a tamaño abuso, para poder exigir, de acuerdo a lo comido y bebido, más dinero. El año 2013, está lleno de noticias que deben hacernos reflexionar. Murió Hugo Chávez y a esta altura del ano, no sé si lamentarlo, creo que nos hace falta, ya las noticias no son tan divertidas, porque a diferencia de Nicolás Maduro, él era gracioso, envidioso, malicioso, jacarandoso y hasta oprobioso. Por su lado Nicolás es tonto, mal viviente, escaso y como todo inculto, también soberbio y todos estos modos de conducta los copió muy mal de Hugo. Hubo elecciones presidenciales violando la ley, al fallecimiento del Faraón y las perdieron, de acuerdo a algunos números que la oposición tiene guardados, pero la verdad es que Nicolás Maduro está en el poder y ahora vienen las otras elecciones y ya veremos, para la salida de esta edición. Amigos muy queridos cubanos hasta me felicitaron por la muerte de Chávez y me hicieron saber sobre la suerte de nosotros los venezolanos en comparación con ellos y ¡yo guardé un santo silencio! La verdad es que para los venezolanos el problema se agravó y el candidato de la oposición Henrique Capriles nos invita a votar una vez más y yo volveré a guardar un santo silencio. Su Santidad el Papa Francisco, cada día nos asombra más con la valentía de los cambios en nuestra Iglesia Universal, su prédica es lo que esperábamos y los tiempos de Dios, perfeccionaron y guiaron al Cónclave para la excelente escogencia que sigue siendo noticia con cada beso a cada enfermo y con la humildad que se requiere de alguien que guía con el ejemplo y la austeridad, haciendo gala de su don de gentes y convencido de su voto de pobreza. Yo en lo particular le admiro mucho, de hecho admiro a todos aquellos que forman parte de la curia, porque sus vidas son sumamente difíciles y de motus propio escogieron ese camino que en la mayoría de las veces es empedrado. Ya sé que tendremos comentarios contrarios al mío y me parece muy bien, pero también sé que en una institución milenaria como la Iglesia Católica, podemos conseguir muchos errores humanos. Lo que si es cierto es que en el último hueco del planeta tierra, en Burundi, Tanzania, Zanzibar o Haiti, hay un Cura haciendo el bien. Me pusieron esa bata inexplicablemente absurda que intento averiguar quién la diseño para demandarle, (abierta por detrás), me acostaron en la camilla sin nada debajo y todo se me vió y yo iba autorizado por mi médico a la violación y como todos éramos hombres, al poco rato teníamos cual meretrices esperando a sus clientes, una grata conversación, que nada tenía que ver con el negocio. Me pusieron una infusión en la vena de mi brazo izquierdo e inmediatamente me dieron ganas de orinar y me dispuse a decantar y con una mano tomaba el armazón que sostenía el suero y con la otra intentaba sin éxito que no se me viera el procto y sentía las miradas piadosas de mis colegas de infortunio. Infortunio es el que ha distraído la inteligencia de los moradores de la ciudad. Cambios de demasiados administradores, cambios de demasiadas vice alcaldesas, baja de demasiados empleados, entregas de demasiadas llaves de la ciudad, huidas de demasiados certámenes de belleza, en fin, toda una novela que nos hace aprender que cada trabajo tiene un tiempo en el que debemos madurar el conocimiento para poder gerenciar apropiadamente. Yo sé que su mente maliciosa le hace pensar que estoy equivocado y que me estoy refiriendo a una “colonoscopia”, esa inserción diabólica por el que nos revisan el tracto de las deposiciones, para ver como está y yo me pregunto: ¿Cómo se creen los médicos que está? Será que ¿son médicos o tal vez mineros en busca de un tesoro escondido? Tesoro escondido es el que debemos buscar en las cuentas de algunos venezolanos oficialistas que creen que pasarán inadvertidos y que una vez saqueado mi país podrán vivir sin trabajar en el bello Doral. Seguiremos investigando y seguirán saliendo. La gastroscopia es el examen del tracto digestivo. Meterán con rudeza un tubo por su boca para investigar lo comido y bebido y los efectos que en cincuenta años de abusos se hayan cometido. Hablando de abusos contra la gastronomía, el pueblo cubano sigue pasando las hambres del comunismo y como yo soy absolutamente anti comunista, hago la analogía que espero sea inteligente, con el pensamiento del abate francés Jean Copé: “conservar la salud mediante un riguroso régimen es la más pesada de las enfermedades” El régimen cubano está enfermo y tanto, que al menos yo no sé de Fidel Castro hace más tiempo del que su anciano ego le permite. Ella, la enfermera, llegó cual entrenada funcionaria de la KGB y agregó al suero con una jeringa algo que no me dió tiempo de examinar, porque me puso a dormir ipsofacto. Al levantarme, ya sabían todo de mí y al contrario de lo que puedan pensar, me sentí satisfecho de haber salido del trance. Nosotros los ciudadanos, quienes somos los ojos y oídos de esta ciudad, sabremos muy pronto de nefastas noticias, que paradójicamente vendrán para bien. Por el momento debemos divertirnos, reírnos, comer todo lo que podamos y beber con la mesura que nunca tienen los bohemios, para esperar la próxima gastroscopia y examinar lo comido en el 2013 y poder chequear con la tortuosa colonoscopia lo expulsado como resultado del proceso digestivo de nuestras acciones y la de nuestros gobernantes. Cerramos este ano con la fortaleza de haber hecho el bien, al correr el riesgo de escribir solo verdades, la mayor de las veces incómodas, pero bien intencionadas.

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