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Saturday, October 5, 2013
MURIO EL CAPITAN RYAN
Éramos un grupo encantador de jóvenes que nos creíamos tácticos y mientras nuestros pares consumían marihuana, nosotros consumíamos toda la literatura que desde el Instituto Naval Norteamericano y su revista profesional PROCEEDINGS, pudiéramos.
Evidentemente estábamos suscritos al Instituto y la gran mortificación profesional era que nos llegara la revista primero a nosotros para comentar ante la ignorancia de los colegas e impresionarlos y todos éramos una suerte de seminaristas ávidos de bendiciones y aunque ya estábamos ordenados en esa extraña religión de la guerra en la mar, seguíamos estudiando y recuerdo también que casi todos éramos hijos de otros oficiales tácticos-operativos y honrábamos en mi camarote de la Fragata a nuestros respetables Padres. ¡Fue una época bella! Y creo que los demás muchachos que lean este escrito compartan desde sus profusas canas de ancianidad esta sentencia de crecimiento y diversión profesional que compartimos.
Finalizando los ochenta, llega aquel ejemplar en inglés de un libro muy grueso llamado “ The hunt of red October”, que traduce: La caza del Octubre Rojo, con las mejores recomendaciones de PROCEEDINGS y mientras lo leía en secreto, los bandidos de mis colegas también lo hacían y la literatura era tan buena y real que no nos pudimos aguantar y en el mismo camarote lo comentamos y fuimos corroborando en nuestros libros profesionales como lo Allied Tactical procedures ATP (procedimientos de tácticas navales aliadas) y los Naval warfare procedures NWP(Procedimientos de guerra naval) todo lo escrito por un individuo brillante cuya profesión era ser vendedor de seguros y no lo podíamos creer que un civil hubiese osado a romper nuestros secretos tácticos publicando ese encantador libro.
Jack Ryan era el personaje y era inteligente, prudente y documentado y desde la inmadurez sonábamos con esa mente abierta hacia el aprendizaje y la invención en nuestro cuarto de sueños que era el camarote y allí aplicábamos en nuestro cerebro lo aprendido y lo imaginábamos en una suerte de simulador dendrítico y nos visualizábamos comandantes desde el conocimiento mas no desde la fuerza.
Fue una época divertida y crecedora y la Escuadra (sitio desde donde se Comandan y controlan todos los buques) era nuestro Disney World personal donde nos divertíamos en las diferentes atracciones que conseguíamos en los raros y a veces viejos libros que ilustraban el futuro desde el pensamiento de Lidell Hart, Mahan o el Almirante Castex.
Yo sé que este escrito, puede no coincidir con quien soy hoy, pero es que hoy soy el resultado de quien fui ayer y si nos reinventamos en la vida fue por el temple del hierro al cual me sometí.
El autor del libro que dividió a la Escuadra en dos: en quienes lo leímos y los ignorantes que no, se llamó Tom Clancy, de pluma fácil y gentil, pero documentada y profunda. Falleció el martes pasado en Baltimore y con él su genio.
Creo que los escritores nunca mueren, pero ante la impresión de su desaparición escribí que fue uno de los más prolíficos escritores contemporáneos. Murió y con él, mi amigo de sueños el Capitán Jack Ryan.
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Genial tu homenaje a esa inspiración juvenil que compartimos, aún en mi casa conservo los libros y todavía disfruto encontrar títulos no leídos por mi de su prolífica pluma
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