ALTO EN NOMBRE DE LA LEY

ALTO EN NOMBRE DE LA LEY… ¡segunda vuelta! Inexplicablemente hay personas por todos conocidos, con habilidades especiales para violar la ley, o en el mejor de los casos ocultar con éxito sus tropelías e irregularidades. Los superhéroes se encargaban de perseguirlos y acorralarlos y siempre ganaban, pero todos con el inmenso defecto de usar la ropa interior por fuera y a mi me daría mucha vergüenza pasearme por la ciudad de Doral, con capa, máscara y esa lycra acusadora y poco masculina para un hombre de mi respetable edad. Un ejemplo clásico es el de Sean Penn, actor hollywoodense, venido a menos por su afición a los dictadores, malandrines, malvivientes y demás gobernantes que asumen la fatalidad del comunismo como el modo moderno para mantenerse en el poder y robar, saquear y maltratar a pueblos completos, pero Sean está siempre allí, aplaudiendo y también como es lógico, cobrando, por aquello de “dime con quien andas….”, pues resulta que el Penn, el día de su boda con Madonna el 16 de Agosto de 1985, los fotógrafos sobrevolaron el lugar en helicóptero, era realmente un acontecimiento que hasta el momento resultaba atractivo, imagínense los titulares “Madonna y Sean Penn, en su matrimonio, fotos exclusivas y detalles de los invitados a la boda”, pues Sean con su mal carácter y seguramente bajo la influencia de alguna sustancia, sacó un revolver de su cintura y disparó varios tiros al helicóptero lleno de reporteros y ¡nada pasó!. En Abril de 1986 en un absurdo ataque de celos le lanzó una silla al compositor David Wolinsky, quien conversaba con Madonna y esta agresión le costó a su escasa formación como persona, la cantidad impuesta por la ley de $1000, si, lo leyó bien, tan solo mil dólares y una sentencia de un ano de cárcel por agresión que pagó en libertad condicional. La noche del 28 de Octubre pero de 1988, este lindo chico llegó borracho, encerró y torturó a Madonna por nueve horas, la golpeó y amordazó, metió su cabeza en el horno y lo encendió. Imagino que los efluvios del licor fueron metabolizados, apagó todo, dió las gracias y desapareció, separándose el 10 de Enero de 1989. Y yo me pregunto: no hubo nadie que le dijera esa vieja frase de la televisión ¿Alto en nombre de la ley? Nuestros candidatos a la Alcaldía y al Concejo de la ciudad son personas que hasta ahora parecieran honestas, probos y con un gran ánimo de trabajar por la comunidad y yo apruebo eso y la avalo, lo aprecio y considero. Son trabajadores y los he visto con mis propios ojos en un severo desgaste por obtener nuestro voto, son simpáticos y preparados, se han asesorado bien y saben lo que quieren y todo esto lo escribo para aclarar la admiración que siento hacia todos. Creo que tienen un estómago de acero, porque la campana en primera vuelta la considero agria y espesa y al no haber mayores cosas que decirse uno del otro, acudieron a tácticas interesantes que en otro terreno pudiesen tomarse como ofensivas, pero salieron airosos por el bien de todos sus votantes y ciudadanos en esta bella ciudad, que pudiese compararse con EPCOT CENTER, cuyas siglas traducen: “prototipo experimental de una comunidad del mañana” y es que eso es Doral, un prototipo de una comunidad donde todos queremos vivir y por ello todos debemos ser guardianes de a quienes escogemos para mantenerla y cuidarla. Frank Bolaños acusa a Luigi Boria de querer comprar la Alcaldía y de no hablar bien el inglés y es probable que tenga razón, pero ese dinero es de él y sus contribuyentes y yo me pregunto: ¿y donde venden alcaldías para comprarme la mía? Ambos se acusan de una campana sucia y yo creo que no es así, me parece sano que se digan sus verdades y que no escondan sus trapos sucios, al final todo saldrá bien y cualquiera de los dos podrá ser el alcalde, aunque ya sepan a quien prefiero, pero ambos son mis amigos y les admiro por su valentía. Lo que no he visto es una acusación sólida de Boria hacia Bolaños, los intentos fueron a mi juicio espasmódicos y poco efectivos, pero ese no es el tema que nos ocupa. Una realidad es que Pete Cabrera hizo un excelente trabajo y le felicito por ello. En cuanto a los Concejales, debo felicitar con humildad a Bettina Rodríguez Aguilera, a quien si considero una súper héroe y a quien tuve el inmenso placer de servir en su estrategia política, ¡la ciudad ha ganado con ella!. Donde debemos decir: “sálvese quien pueda” es en la silla número uno donde compiten la abogado Helena Ortega Tauler y la Senora Sandra Ruiz. Ambas respetables damas de la comunidad pero a quienes he investigado y por ello quiero invitar con imparcialidad a todos Ustedes a disfrutar de la primera montana rusa del Doral, entrando a la página web www. Thetruthaboutdoral.com, o sea “la verdad acerca del doral” que no se quien la alimenta con tanta información interesante, pero a quien agradezco por hacer parte de mi trabajo. De la abogada Ortega Tauler, he conseguido pequeñas cosas nada relevantes para la segunda vuelta, excepto una media verdad de hace dieciséis anos y que su contrincante publicó como si de la Santa Inquisición se tratase, pero no es toda la verdad, es parcial y desactualizada. De Sandra Ruiz hemos conseguido algunas acusaciones que también deben ser objeto de revisión y estas son más actuales y de diferentes índoles. Con respecto a las otras sillas, considero prudente guardar un santo silencio, por cuanto nada hay que decir y saludo con agrado ese tipo de campana callada, apacible y amable porque al final del día, ineluctablemente todos tendremos que seguir conviviendo y renegociando la supervivencia de toda la comunidad, también en Santa Paz o no tendría sentido vivir aquí, de hecho, le contaba a Luis Alcalá, que siempre cuando escribo esta columna trato sin éxito de beneficiar, pero quedan en las sombras personas que asumen la sana denuncia, como una agresión personal y les aclaro que nada hay mas alejado de la verdad. Verifiquemos a nuestros candidatos y la invitación es a votar para que gane el mejor en esta excelente pléyade de opciones que ahora mismo adornan el universo electoral de esta segunda vuelta en esta amable ciudad. Las campanas cuestan fortunas y nuestro Presidente invirtió en nuestro Estado, $ 70,000,000, contra $ 42,000,000 de Mitt Romney, interesantes cifras que nos pueden ilustrar lo que las personas y organizaciones políticas están dispuestas a hacer por el poder, de manera que nada nos asombre, nada nos turbe y sigamos votando para evitar nuestros domésticos despilfarros.