LA TESIS Y LA SINTESIS

Recuerdo aquella primera clase en el postgrado de la Universidad Central de Venezuela, donde mi admirado maestro Pompeyo Márquez, nos dijo: “Cuando uno es joven y comunista, uno es un sonador, pero cuando se es maduro y comunista, uno es un estúpido” ¿y es que yo los entiendo porque como reconocer que se ha asesinado y robado y que todo era una mentira juvenil? Hegel elaboró el principio de que la sociedad se desarrolló desde la dialéctica de la tesis, la antítesis y la síntesis, donde la primera, el capitalismo y la cultura judeo cristiana, y con la que estoy de acuerdo, por aquello del que trabaje mas, el mas capaz, el mas hábil, también tenga mas….esta es la que me gusta y la que estoy dispuesto a defender, por compartirla y practicarla personalmente y por ser la que me trae mas felicidad y como a esta edad ya no hago cosas que no me gusten o no me den momentos de felicidad, para mi es la mejor. Si, ya sé, el dinero no lo es todo, pero ¡como ayuda! La antítesis, era lo opuesto a este sistema, lo que desembocó en el diseño y posterior publicación del “Manifiesto comunista”, al que tuve que estudiar en mis anos de profesor universitario, para poder cachetear con autoridad epistemológica a los tontos que siempre se encuentran entre los inteligentes y al que considero una verdadera obra de arte y como tal, inaplicable con sobrada experiencia a nivel mundial, pero los tontos normalmente son persistentes y se declaran socialistas hasta recibir el primer jugoso sueldo una vez graduados en el capitalismo. Otros, sin esfuerzo se adhieren al socialismo (considerado como la misma basura pero con piel de cordero que disfraza al comunismo) y se dan cuenta que Marx les ayuda en aquello que “se dará de acuerdo a las posibilidades y se recibirá de acuerdo a las necesidades”, ¡una elegante manera de hacerlos flojos y haraganes! Y la síntesis es la eliminación de los dos anteriores y la creación de un nuevo orden mundial. ¿No les parece conocido el discurso que se viene dando desde finales del siglo XIX? Yo les entiendo y me divierto, porque se requiere esfuerzo para buscar el conocimiento y luego monetizarlo y cobrar por lo pensado, pero si aquellos que nunca lo han intentado supieran lo grato que es, seguro estoy que estudiarían, inventarían, producirían inteligencia, conocimiento, sapiencia, prestigio, reconocimiento social y de paso les pagarían. En esa misma universidad, cuando entregué mi tesis al profesor encargado, el, sin ni siquiera leerla, vió aquellos libracos y la calificó de escueta por ser muy flaca, muy delgada, aunque tenía unas doscientas cincuenta páginas y yo me sentí muy ofendido y le reclamé y caí en cuenta de nuestras conversaciones en restaurantes de lujo, filosofando entre el escocés capitalista y las ventajas que para él tenía la justicia social y las reivindicaciones de los pueblos oprimidos. Yo sigo sin hipocresías manteniendo la tesis, sigo tomando escocés, sigo leyendo y creciendo, viviendo y disfrutando sin temor a que piensen Uds. porque ya saben que soy un capitalista y no he hecho votos de pobreza, porque como lo dijo Pompeyo: cualquier persona madura que sea comunista “es un estúpido”